The Last of Us Part I: ¿cuándo un clásico es un clásico?

Recuerdo haber comprado mi versión de The Last of Us (2013), para PlayStation 3, a las doce de la noche de un 14 de junio de 2013, luego de pasar horas esperando como obseso el lanzamiento. ¿Y cómo no emocionarse? Era como la adorada saga Uncharted, pero sin barriles explosivos para facilitar el camino; con toda la audacia de un estudio que durante una década había intentado fusionar el videojuego con los blockbusters de acción de alto octanaje; combinado con The Road de Cormac McCarthy, el gran autor de la época. 

The Last of Us es un juego de acción-aventura en tercera persona, que cuenta la historia de Joel y Ellie, dos sobrevivientes de una pandemia global, debida al cordyceps, un hongo que convierte a los infectados en máquinas de matar. Ambos recorren lo que quedó de Estados Unidos, buscando sobrevivir.  

Es una historia, “de zombies”, escrita por Neil Druckman con bastante gusto, tomando todo lo que estaba en boga en esa época, tenía una identidad bastante original en este medio; tanto que en 2023, HBO estrenará la serie basada en esta trama, con Pedro Pascal (The Mandalorian, Narcos, Game of Thrones) como Joel y Bella Ramsey (Becoming Elizabeth, His Dark Materials, Game of Thrones), como Ellie.     

Recuerdo haber quedado embelesado por los gráficos, sorprendido por la brutalidad de la acción, las historias contadas y la forma como los escenarios las relatan. Además, la forma en que recorremos las creaciones de la civilización humana y vemos cómo la naturaleza se abre camino, no deja de ser algo entrañable y para mí real propuesta de los creadores. Jugar The Last of Us es una experiencia tensa, cruda, distinta a las vibras onda Indiana Jones de Uncharted.  

Los controles te hacen sentir cada golpe que das con desesperación cuando te atacan en grupo los infectados. Y la historia de Joel y Ellie llegó a mí, en una forma en que no recordaba haberme involucrado con los personajes de un videojuego desde Ico (2001) y Shadow of the Colossus (2005).  

Tan solo un año y medio después, mis admirados gráficos de PS3, fueron considerados rebasados y Sony sacó una remasterización para su consola PlayStation 4, la cual no compré de inmediato, esperé a que estuviera en barata, años después, pero sí terminé sucumbiendo. El gusanito de ver la gran obra en gráficos más modernos, simplemente era irresistible. The Last of Us Remastered (2014), también recuperaba la aventura alterna de Ellie, en el DLC (contenido adicional descargable), Left Behind, lo que lo hacía la experiencia completa. 

La relación entre Joel y Ellie es una que resonará en ti, mucho tiempo después de haber terminado el juego.  
La relación entre Joel y Ellie es una que resonará en ti, mucho tiempo después de haber terminado el juego.

La caducidad del soporte 

Corte a 2022, con el lanzamiento de The Last of Us Part I, que no es más que un remake glorificado del mismo juego, que a 9 años de su lanzamiento, ya es considerado uno de los máximos exponentes de la industria. El caso es que a la distancia, muchos críticos observan la versión de PS3, que a mí me alucinó con toda su imperfección, como algo ya primitivo. De hecho, para muchos fue el último gran juego que recibió la consola y empujó sus capacidades técnicas a lo máximo. 

Y la mirada ha cambiado tanto, que en la misma valoración de la compañía Sony, pueden revitalizar un juego de 2013, -en esta ocasión para su PlayStation 5-, y ponerlo en el ámbito de los Triple A (juegos de una enorme producción), y cobrar 70 dólares por él (1,700 pesos en nuestro país). No sólo es la polémica de exigir el precio completo por un producto que no es ya un original, sino la paradoja de que en verdad, en muchos aspectos, es otro juego, pero en otros, no. 

Ahora veo los escenarios con los que yo quedé con la boca abierta en ese entonces y los comparo a cómo los dejaron en la nueva versión y no tengo más que asombro ante lo conseguido. Sony retrabajó desde los gestos más sutiles de los personajes para darles una mayor credibilidad a sus expresiones. Hasta los escenarios, haciéndolos más hiperrealistas, mejorando el motor gráfico, el paso de acción a cinemática, ahora sucede de inmediato y es parte de la acción, no está renderizado, sin que la pantalla se vaya a negros por milisegundos. 

Cada detalle fue retrabajado de nuevo, sino es que vuelto a crear desde cero, incluso las caras y cuerpos de algunos NPC (personajes no jugables), fueron cambiadas. Si en el escenario había un elemento que había quedado rústico debido a que no era prioridad del equipo en ese entonces, ese elemento ha recibido un nuevo tratamiento. 

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Incluyendo las cuidadas animaciones en que Joel y Ellie mejoran sus armas, ahora son similares a las de The Last of Us Part II, la esperadísima secuela que le siguió. Es un mimo y atención al detalle, en verdad deslumbrante. ¿Quién puede negar que esta versión es una mejor versión? Creo que nadie lo hará. Tiene mejor iluminación, mejores técnicas para resolver los problemas que antaño la particular y complicada arquitectura de la PS3, no les permitía resolver.  

Pero he aquí el debate: ¿no es una obra de arte producto de su tiempo e imperfecta por naturaleza? En verdad que el medio de los videojuegos por eso es muy distinto y desconcierta. Aquí, un clásico siempre puede “mejorarse”, hasta volver a ser aceptado por un público actual que sólo parece querer ver mejores gráficos, más explosiones, mayor memoria. 

El clicker, tan solo uno de los engendros que enfrentamos en The Last of Us, inspirados en una enfermedad que ataca a las colonias de hormigas matando a millones.  
El clicker, tan solo uno de los engendros que enfrentamos en The Last of Us, inspirados en una enfermedad que ataca a las colonias de hormigas matando a millones.

Una obra de su tiempo 

A pesar de todos los afeites, The Last of Us Part I, no esconde que es un remake de un juego que pertenece a la era del cover based shooter, (de disparos, en que el jugador debe parapetarse), y su diseño está basado en lo que estaba en boga entonces, se ve como una obra de PS3, no puede evitarlo por más maquillajes que cargue.  

De hecho, Naughty Dog y Sony están tan orgullosos de la secuela, The Last of Us Part II, aparecida en 2020, que la nueva remasterización obedece a tratar de acomodar la historia dentro del nuevo canon de los títulos de su nueva consola, la Play 5 (y también cobrar precio completo por ello, claro está). Sony lleva haciendo eso, desde la PlayStation original. 

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Pero en mi opinión, nada se comparará nunca al primer momento en que sentí los controles físicos de Joel luchando por su vida y por la de Ellie ante un clicker, o todo el tributo a la ciudad de Seattle, en la que está basada la magalópoli en ruinas del juego. El fotorrealismo de hoy día, no le añade a lo que esta obra sintetizó en su momento, jamás significará lo mismo otra vez en la cultura. Esta época merece sus propias obras maestras. 

Son debates fuertes, por los que el difunto crítico de cine Roger Ebert, creía que el videojuego jamás podría ser un arte. Aunque creo que el venerable Roger se equivocó garrafalmente, algunos de sus argumentos deben ser debates vivos entre los interesados, sobre la caducidad y permanencia de nuestro amado medio.  

¿Cuándo un clásico, es un clásico, después de menos de 10 años, en serio? ¿La existencia de una “mejor versión”, desautoriza la imperfección de un original que hacía lo que podía con lo que tenía, con todo lo que eso implica? ¿No valdría mejor crear nuevas historias que hacer un altar permanente al pasado, por muy grandioso que este haya sido?   

En lo que alguien me responde esas dudas, como gesto de resistencia, desempolvaré mi versión original de PlayStation 3 de The Last of Us, y la disfrutaré, en lugar de la de Play 5, que esa coleccione polvo en el estante.    

The Last of Us está repleto de escenas icónicas, ésta es una de las más entrañables, en muchos foros.  
The Last of Us está repleto de escenas icónicas, ésta es una de las más entrañables, en muchos foros.

Lo bueno: Una cátedra de cómo se puede, (cuando se tienen todos los recursos disponibles), volver a retrabajar un juego para darle la apariencia de uno creado en esta época. 

Lo malo: Sony lleva dos generaciones de consolas reciclando sus IP’s. Ese enfoque hace que algunos de los estudios más creativos de toda la industria, se dediquen a revitalizar el pasado, en lugar de llevar al medio al siguiente nivel, con nuevas historias y propuestas. 

Lo genial: Los gestos de los rostros durante las cinemáticas, ahora dan un sentido muy crudo y “real” a los distintos pasajes de la trama.  

Juego: The Last of Us Part I
Lanzamiento: 2/09/2022 
Desarrollador: Naughty Dog (Estados Unidos) 
Editor: Sony (Japón, Estados Unidos). 
Para: PlayStation 5.   

Trailer de The Last of Us Part I: 

ENLACES: 

El gran canal de Youtube, Digital Foundry, hizo un análisis y comparación de The Last of Us Part I en todas sus versiones del juego, un gran documental. 

El segmento de Planet Earth de la BBC que inspiró la infección en The Last of Us: 

Por Jesús Serrano Aldape

Jesús Serrano Aldape es escritor y periodista, graduado de la UNAM, licenciado en Ciencias de la Comunicación, se tituló con una tesis sobre el Universo Trágico de David Bowie. Le gustan la música, el cine y los videojuegos, el teatro, los deportes y la política, temas de los cuales ha escrito durante 20 años en publicaciones como Trasfondo, Milenio, Replicante, La Mosca en la Pared, entre otras.