El día que dejé NBA2K

El día que dejé NBA2K
El día que dejé NBA2K

Cuando pienso en los creadores de la saga NBA2K, me pregunto: ¿cómo es posible que en una misma compañía puedan caber los mejores en lo que hacen y además los más ruines, que bordean lo ilegal? Los sigo desde que descubrí, en 2005, su juego con la portada de Shaquille O’Neal. Verán, yo soy un tipo fiel, y así era con NBA Live, sus competidores directos, de la compañía EA Sports, desde 1997, cuando jugaba con mis amigos del equipo de los domingos.

Me era difícil entender que mientras NBA Live era un juego muy divertido, NBA2K buscaba ser un simulador de basquetbol. En serio, era un cabeza dura y me resultaba hasta chocante ver cómo O’Neal y otras moles de la duela se veían feítos y se desplazaban más pesadamente. Mientras yo estaba en mi mundo de caramelo, Mike Wang y los de 2K vivían y respiraban básquet y querían que su juego respetara la experiencia del juego real. Qué iluso fui al ignorar que desde 1999, con la primera edición de su juego, ellos ya estaban en otro nivel.

La edición de 2K (2005) con la que quedé fascinado.
La edición de 2K (2005) con la que quedé fascinado.

Cuando caí en cuenta de lo que buscaban, adopté su religión y desde entonces he comprado cada año su juego. Algo que no ha sido fácil: la última edición me costó unos 1,600 pesos, pero yo me apreté la agujeta que uso de cinturón, y cerré los ojos mientras pagaba. Siempre creí que era una buena inversión porque, sin mentir, yo creo que juego cientos de horas al año (sí, necesito una vida).

Simplemente es un narcótico ver cómo los diseñadores intentan recrear no sólo la apariencia de los jugadores, desde sus cortes de cabello, sus tenis, sus tatuajes y complexiones (algunas son imposibles de representar). A pesar de que soy el primero en aceptar que llegar a una representación perfecta está a décadas en el arte del videojuego, lo que hace el equipo de 2K es una labor de amor por mi deporte de elección, en serio.

Fiel al deporte

La apariencia no importaría si dentro de esta simulación no hubiera una representación muy fiel de lo que es el deporte real. Y eso es lo que han logrado. Verán, cubrí 10 años NBA para Milenio y les puedo decir que el flujo de juego, los movimientos, el feeling, la física y muchos otros elementos que hacen este deporte, son representados cada vez mejor en esta franquicia.

Presentan todo como si fuera una transmisión de TV. Cuando finalizan los encuentros hay una entrevista al jugador del partido con su voz original, y sin temor a los acercamientos de cámara, porque todo fue capturado con un costosísimo motion-capture. Y recrean equipos históricos y hasta la forma en que se transmitía el básquet en esas épocas en las televisoras. Incluso puedes jugar duelos clásicos de Celtics contra Lakers en blanco y negro. Es la representación de un deporte más inmersiva y respetuosa que conozco.

Mike Wang, el artífice del progreso de la saga, llegó para 2k06, se fue a la competencia (NBA Live) y después regresó para NBA2k10.
Mike Wang, el artífice del progreso de la saga, llegó para 2k06, se fue a la competencia (NBA Live) y después regresó para NBA2k10.

Es una experiencia de juego muy plena cuando sabes utilizar jugadas de la vida real y cuando conoces los estilos de juego de los jugadores y de los equipos de la NBA, porque debo recordar que esto es un simulador; si no conoces de básquet, simplemente te va a frustrar hasta en la menor dificultad, aunque incluye un modo en que puedes jugar la clásica cascarita barriobajera, pero eso es como comerse sólo la corteza de un buen pan.

En 2020 dieron un gran paso cuando incluyeron a la WNBA (la NBA de mujeres), porque también se abocaron a representar su estilo de juego, en donde los fundamentos llegan a la excelencia -porque muy pocas jugadoras pueden clavar un balón en el aro- y crearon un simulador que a mí me parece excelente; creo que he jugado más WNBA que NBA los últimos años. Desde la edición de 2021, contrataron a los narradores de las Arenas originales de la NBA y eso ha sido otro despliegue de autenticidad que mejoró mucho la experiencia.

Puedo seguir por horas porqué NBA2K ha sido mi ritual cada año. Si algo estaba seguro en mi vida es que cada año el ritual continuaría, porque tengo algo en común con el diseñador Mike Wang y su equipo: respiramos básquet y su filosofía de vida, y es simplemente toda una experiencia ver lo que añaden cada año a la autenticidad del juego, de su ajedrez mental, su belleza y estética. Sin embargo…

Se les acabó su idiota…

Supongo que nada dura para siempre. Y la compañía Take Two Interactive que posee al estudio que elabora NBA2k cada año, convirtió a esta franquicia en un esquema de juego como servicio. La forma más rápida de explicarlo, es que, desde hace mucho tiempo, el sistema te permite recrearte como jugador, en el modo My Career (Mi Carrera), con algo parecido a tu apariencia, y llegar a un equipo NBA. Los números de la compañía les dijeron desde hace casi 10 años que la mayoría de los jugadores crean su avatar y juegan durante todo el año en esa fantasía.

Yo mismo me he recreado en el juego (ver imagen abajo) para vivir el alucín de ser una estrella NBA, pero ese modo antes no implicaba entrar en el esquema de micro pagos, muy controlado de NBA2K. Es decir, en la actualidad, ese modo de juego es todo para ellos; es de donde provienen las ganancias para Take Two Interactive. El analista de Wall Street, Michael Pachter, calcula que la presente edición del juego, NBA2K23, les dará 600 millones de dólares, estableciendo un récord de ganancias para esa compañía, con ya más de 10 millones de copias vendidas.

Mi jugador en NBA2k11, cuando no era un casino virtual este modo de juego.
Mi jugador en NBA2k11, cuando no era un casino virtual este modo de juego.

El problema con los micro pagos es que la ambición les gana. Porque si quieres ser un gran jugador y llevar a tu avatar al siguiente nivel, tienes que jugar cientos de horas para progresar naturalmente. El problema es que al ver que no progresas, que tienes que emplear una cantidad ridícula de tiempo para que tu jugador tan sólo llegue a la mediocridad, el juego te ofrece venderte monedas virtuales para acelerar ese progreso.

Si el precio del juego ya es elevado, 70 dólares (1,500 pesos en su edición austera), para conseguir un build (perfil), que te permita disfrutar el juego y ganar partidos, indudablemente implica gastar dinero real. El sitio dbltap.com calcula que para poner cada build al máximo se requieren unos 450,000 VC (moneda virtual en inglés) que equivale a pagar 120 dólares (unos 2,000 pesos).

Pero no se conforman con planear un esquema en el que te vuelven paupérrimo para instarte a pagar por mejorar (lo cual ya es vil e insultante), sino que dentro de los hubs virtuales (ciudades enteras en donde todo es basquet) y puedes ir al peluquero, llegaron a cobrar VC por algunos cortes de pelo que siempre fueron gratis.

Un descaro en el que, utilizando técnicas de casino, te seducen para que sigas pagando y ya para entonces estás tan inmerso que no te importa pagar, porque si algo saben hacer los de 2K es crear culturas virtuales atractivas. Y todo te lo controlan, al modo My Career no puedes acceder si no estás conectado en línea. No eres más que una rata girando en su rueda cuando caes en sus garras.

En serio, se les acabó…

Hasta ahora, habían separado todo ese modo que busca crearte adicción y exprimirte hasta el último centavo, de la experiencia de simplemente echarse un partidito, que es donde yo paso todo el tiempo año con año, pues no me interesa ser la ballena (whale) de ninguna trasnacional. Ya bastante dejo de comer año con año al comprar el juego, que ya es muy caro y al momento de escribir esto ya está 70% más barato (seis meses después de su lanzamiento).

Pero es muy molesto que cada año tenga que destinar 130 gigas del poco espacio de mi PlayStation 4, para poder jugar. Y en la edición de Nintendo Switch, es igual, tienes que bajar unas 60 gigas. Y como ellos continúan su rollo de añadir cada vez más cosas para seducir a sus incondicionales, incluyen lo que llaman Seasons (temporadas) que son añadiduras temáticas que yo también tengo que descargar si quiero tener mis plantillas actualizadas, lo que implica más gigas de espacio. Para resumir (¡vaya!) yo juego un 10% de esas 130 gigas, ¿por qué tengo que bajar todo? Es de aventar el control y los lentes, eh. ¡Eso, y no la del Peje, es una dictadura!

En algunos modos de juego, prácticamente tienes que participar como adicto al juego de casinos.
En algunos modos de juego, prácticamente tienes que participar como adicto al juego de casinos.

Llega un momento en que, como todo juego deportivo del año, se devalúa en extremo. Las mismas tiendas virtuales llegan a darlo hasta por 120 pesos. Cuando ya pasó la temporada de básquet ¡es basura que nadie quiere! Y 2K, que paga servidores para que los jugadores jueguen en línea, al terminar el ciclo, buscan cortarte como si no hubieras existido, cancelar su servicio en línea para los juegos de años pasados y convencerte de comenzar el ciclo otra vez y volver a ordeñarte con descaro, porque lo que gastaste en un avatar, no se traslada al del año siguiente (ni que fueran idiotas, ¿verdad?).

¿Quieres experimentar el capitalismo más salvaje y desgraciado, sentirte como un esclavo sin derechos, comprar un juego que pierde valor comercial en pocos meses?, cae en las redes de NBA2K. Ahora, han llegado al extremo de que para elegir un roster (o plantilla) aún en el modo de juego de simplemente jugar una partida, debes estar conectado. Es decir, si estoy en la calle con el Switch, y no tengo red, “jódete, no puedes jugar con la plantilla que quieres”. Es un extremo de ambición intolerable que debe terminar.

Por eso no volveré a jugar esta franquicia… al menos hasta que den la opción de que no tenga que entrar a su asqueroso ecosistema de explotación, que parece que tiene más éxito cada año, como lo señala su récord en ventas de la presente edición. Llegará un día en que regrese, no puedo evitarlo, porque la representación del deporte que amo es impactante, pero no será en el corto plazo. Algunas cosas tendrán que cambiar para tenerme de vuelta, 2k.

Sí, ya bye, 2K.
Sí, ya bye, 2K.

Por Jesús Serrano Aldape

Jesús Serrano Aldape es escritor y periodista, graduado de la UNAM, licenciado en Ciencias de la Comunicación, se tituló con una tesis sobre el Universo Trágico de David Bowie. Le gustan la música, el cine y los videojuegos, el teatro, los deportes y la política, temas de los cuales ha escrito durante 20 años en publicaciones como Trasfondo, Milenio, Replicante, La Mosca en la Pared, entre otras.