AMLO vuelve a las calles con la fuerza de la 4T

Obrador, un político cercano a la gente.
Obrador, un político cercano a la gente.

Ni tres días duró la ilusión de los opositores al gobierno de López Obrador de que le habían arrebatado la calle. El presidente anunció el pasado miércoles que el domingo 27 de noviembre, a las 9 de la mañana, encabezará una marcha del Ángel de la Independencia al Zócalo, donde rendirá después su Cuarto Informe de Gobierno. El Zócalo, la plaza en que ha mostrado su poder de convocatoria tantas veces.

Comentócratas como Pablo Majluf, citando una seudociencia o algo por el estilo, temerariamente había afirmado que la marcha en defensa al INE que se llevó a cabo la mañana del domingo 13 de noviembre, había sido concurrida por “640 mil marchantes”, y el exdirector del CISEN, y autor de grandes pifias de la encuesta GEA-ISA, Guillermo Valdés Castellanos, también calculó 640 mil asistentes.

En los corredores de la política y según el medio digital La Política Online, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, ya habría aconsejado a los organizadores de la multitudinaria marcha en defensa de ese instituto, que se reformara la alianza Va por México, en torno a la consigna de “defender la democracia”. Los medios habían manejado el asunto ya como: el primer descalabro mayúsculo de López Obrador.

Tras la marcha en que el único orador fue José Woldenberg, expresidente del INE (de 1996 a 2003), Obrador no pareció más que señalar el acontecimiento contentándose con un encogimiento de hombros, pero asegurando que, si acaso, los marchantes hubieran llenado la mitad del Zócalo. Por todas partes, los comentarios eran: “No se tuvieron fe”, al no ir a la Plaza de la Constitución.

De hecho, versiones indicaban que el evento sería la presentación de Woldenberg como futuro candidato presidencial de una coalición de partidos opositores. Pero Karakowski desperdició el golpe de drama en un discurso plagado de ambigüedades y en una defensa a ultranza. Los partidos de Va por México, sin embargo, vieron el acontecimiento como una oportunidad para rearticularse.

Fueron días en que los medios opositores al oficialismo aprovecharon la inercia del repudio al presidente entorno al que giró la marcha. El magnate Claudio X. González, al día siguiente, dio a conocer directivas para que se reagrupara la alianza multipardista del extinto Va por México, bajo el nuevo emblema de Unidos, aprovechando que el PRI anunció que votará en contra de la Reforma Electoral.

En radio, Tv y medios electrónicos, la oposición sin bandera recibió una inyección de vitalidad. Incluso el autoexiliado excandidato del PAN a la presidencia en 2018, Ricardo Anaya, se subió al tren, que había servido para que, ocultando sus colores, la oposición que ha denominado Obrador “mafia del poder”, se rearticulara aprovechando a los manifestantes, en su gran mayoría, clase media descontenta.

Tanto el lunes como el martes, tras la concentración masiva de sus opositores, Obrador recapituló las participaciones en la marcha de antiguos rivales políticos, famosos también por ser declarados delincuentes electorales, incluyendo Roberto Madrazo, Elba Esther Gordillo, “la señora Calderón”, Margarita Zavala, y el impresentable Vicente Fox, orquestador del fraude electoral de 2006.

Ya el martes, varios medios dieron cuenta de que Obrador pensaba adelantar su informe para contrarrestar la narrativa de la derecha opositora a su gobierno; de que el malestar había crecido a tal grado, que su movimiento iba, por fin tras cuatro años, a la baja. Quizá el detonante final fue la encuesta de El Financiero que mostraba que, en coalición, PRI-PAN y PRD, podrían ganar el Estado de México.

Crear tal percepción, a pesar de su escasa precisión, se reflejaba como el primer gran acierto de los grupos que controlan los partidos de oposición al actual Gobierno, tanto que el miércoles se anunciaría que otra vez, PRI, PAN y PRD se unían en un proyecto al que buscaban sumar a Movimiento Ciudadano para las elecciones de 2023 y 2024. Todo estaba listo para el gran anuncio, sin embargo…

Obrador, un político que se hizo en la calle.
Obrador, un político que se hizo en la calle.

Un hasta aquí

Sonriendo, el presidente Obrador observó a la habitual concurrencia de periodistas de su conferencia matutina. Utilizando su humor habitual, deslizó con una carcajada. “La voy a encabezar”, afirmó. De inmediato los comunicadores lo asaltaron con preguntas, el anuncio era inesperado e inédito para un mandatario del Ejecutivo mexicano. “Este es un movimiento popular”, volvió a sonreír.

“La gente quiere que marchemos el 27, un domingo, me lo plantearon. “Queremos ir muchos”, dijo Obrador. “Entonces, va a haber una marcha. Nada más, como no cuentan bien, ahora el Reforma va a tener posibilidad de llamar de nuevo a sus notarios públicos y con alfileres para ver cuántos vamos a ser”, anunció Obrador, en un hecho sin precedentes para un presidente en funciones.

El solo anuncio, de adelantar su Cuarto Informe de Gobierno, que estaba programado para el primero de diciembre, se volvió viral en los medios y ahogó la inercia que el grupo de X. González había estado explotando en medios desde el domingo. “Ayuda la marcha. Además, ya me estoy hamburguesando”, bromeó López Obrador, quien hizo su reputación como luchador social, en las marchas.

La euforia por la nueva movilización, motivó que el anuncio de la reagrupación de los opositores se aplazara. Si la oposición totalmente desarticulada se había unido bajo el estandarte de una supuesta defensa al INE, en que ocultaron sus colores partidistas bajo los blancos y rosas, el obradorismo anunció una manifestación que se espera que supere incluso los 180 mil asistentes al concierto del grupo Firme.

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Conocedor del impacto de la manifestación social, Obrador llenaba el Zócalo hasta sus avenidas contiguas cuando no tenía más que la convocatoria de sus seguidores, por ello se espera que, con todo el poder de la maquinaria del Gobierno, el evento en verdad intente demostrar el músculo del segundo gobernante más popular del mundo, que goza del 70 % de aprobación de la ciudadanía, según Morning Consult.


Obrador, infatigable en las calles

En realidad, las marchas son un ingrediente clave de la popularidad del presidente, desde la que encabezó de Tabasco a la Ciudad de México, el llamado Éxodo por la Democracia, tras el fraude electoral de las intermedias de 1991. Según cifras no oficiales, se congregarían 40 mil militantes en la Ciudad de México. Colocó a Obrador como uno de los principales enemigos de la llamada “mafia del poder”.

El 24 de abril de 2005, la resistencia de los marchantes se probó en un trayecto del Museo de Antropología al Zócalo, en algo así como siete kilómetros de camino en la hoy recordada como Marcha del silencio. El diario alemán Deutsche Welle publicó la participación de 600 mil personas en un evento en que se vieron muchos más y en que Obrador lanzó su proyecto de nación rumbo a las elecciones de 2006.

2006 vio otra multitudinaria marcha de Obrador que culminó en el Zócalo, donde se declaró presidente legítimo, ante el documentado fraude electoral que impuso a Felipe Calderón del PAN. En el mitin, a mano alzada, los asistentes respaldaron a López Obrador y este, para evitar que la violencia se desbordara, anunció un plantón en la avenida Reforma, que se levantaría 47 días después.

La última marcha de Obrador a la fecha, tuvo lugar el 26 de junio de 2016, ya como líder nacional de Morena. La distancia fue menor, fue un trayecto del Ángel de la Independencia a la Glorieta de Colón, para condenar los actos violentos de la llamada Masacre de Nochixtlán, donde fallecieron nueve personas por causa de un desalojo. Obrador volverá a las calles el 27 de noviembre próximo.