Había una vez un rey que estaba dispuesto a pagar mil monedas de oro por un caballo que pudiera correr mil lis* sin detenerse. Durante tres años trató en vano de conseguir un corcel semejante. Entonces alguien le propuso: -Permítame buscar un caballo para su Majestad. El rey aceptó. Después de tres meses, el hombre… Seguir leyendo La compra de un buen caballo