Como comediante y comentarista social, el estadounidense Nathan Fielder es alguien que ha destacado porque no tiene escrúpulos en meterse con la gente. Esto sucedía con la serie «Nathan for You» que hizo para Comedy Central y lo convirtió en una estrella en su país, y sigue siendo cierto en su nueva serie de HBO Max, «The Rehearsal», o bien «El ensayo».
Antes de seguir, es importante señalar que por esta razón, y por la combinación del enfoque de Fielder en la gente común y su voluntad de fastidiarla significa que esta serie (un hit sorpresa en EEUU) no será del agrado de todos, sin embargo provocará dos respuestas universales: nadie quedará indiferente ante ella y todos se preguntarán cuánto de eso es real.
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En «The Rehearsal», el aparentemente anodino Fielder (un experto en hacerse el idiota, pero que es sumamente brillante) recurre a una mezcla de artificio y sustancia al encontrar personas que quieren ensayar la manera de abordar algún elemento de sus vidas que los inquieta: conversaciones difíciles que han estado posponiendo, cambios importantes en la vida que no están seguros de adoptar. En el primer episodio, Fielder trabaja con un sujeto que quiere decirle a una amiga que ha pasado años mintiéndole sobre su formación académica. Fielder presenta una recreación alucinantemente detallada de todas las formas en que podría desarrollarse esta interacción.
Así, «The Rehearsal» resulta impresionante desde el punto de vista de la producción: es impactante ver el mundo entero de alguien reconstruido con perfecto detalle en un set únicamente para que puedan representar una conversación banal. Cada vez que la premisa de un ensayo parece que va a llegar a un callejón sin salida, Fielder encuentra la manera de abrir alguna nueva vía de verosimilitud y experimentación, con recursos infinitos y cero sentido común.
Esta precisión y derroche están diseñados para desorientar al espectador, y funciona. El programa y su concepto son perturbadores en la forma en que la sensación de «real pero no» puede afectar al espectador. Los seis capítulos de esta temporada provocan esa sensación de vértigo y desorientación que dejan al espectador sacado de onda, pero sin poder quitarle los ojos de encima, para saber si esto que ve es real, o no.
Todo lo que hace Fielder es una versión sin adornos de cómo funcionan todos los reality shows que son tan populares alrededor del mundo, desde ‘Master Chef’ hasta ‘La Academia’: al verlos nos sentimos incómodos porque podemos ver la mecánica, pero en realidad nada es diferente. La gente consiente en seguirle el juego a una producción, a menudo construida como una “experiencia social”.
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Fielder dse aproxima a las dinámicas de la «televisión sin guión», sin embargo, ¿es realmente eso? Cuestiona que los participantes de este tipo de programas no saben cuánto serán editados. Dan su consentimiento, pero ¿cuánto poder tienen para decir que no una vez que sus vidas se ven distorsionadas por el impacto del programa en la vida «real» una vez que se transmite? Fielder señala que estas personas se registran sabiendo que serán manipuladas. ¿Eso hace que la manipulación esté bien?
Por así decirlo, «The Rehearsal» expone y toca estos temas. Algunos de sus elementos más desconcertantes involucran el ensayo de una tipa antipática y pesada como collar de papayas llamada Angela, que quiere «ensayar» la maternidad. Los niños actores, incluidos bebés y niños pequeños, se vuelven parte del proceso de Fielder, respondiendo a diferentes nombres y fingiendo que Angela es su verdadera madre.
Es una pesadilla; te preguntas si los daña; si bien esto es exactamente lo que hace cualquier actor infantil para un programa de televisión más convencional. Escenarios construidos para parecerse a un hogar real, líneas preparadas de antemano, participación sin la última palabra en lo que aparece en pantalla: no es tan diferente de una producción de televisión estándar, pero es mucho más desconcertante cuando Fielder nos deja ver cómo funciona todo.
«The Rehearsal» pone al descubierto las suposiciones y expectativas de las convenciones sociales, obligando a sus participantes a probar realmente lo que pensaban que querían, las mentiras fáciles que se han estado diciendo a sí mismos. El costo está en la angustia emocional, y ese costo es alto.
Los participantes de Fielder son aparentemente (pero no sabemos si también son actores) personas reales con problemas reales. Es imposible decir hasta qué punto eso es cierto: qué tan bien sabe cada uno de ellos para qué se ha inscrito, cuánto está jugando cualquiera de ellos, la forma en que se han editado cualquiera de estas interacciones para resaltar ciertas reacciones emocionales. Lo más importante, se siente como una verdad.
Nos guste o no, esa sensación de angustia corporal es la sensación del éxito de los ensayos de Fielder. Empiezas a anhelar la fantasía desconectada de la televisión sin mostrar todo su interior, interacciones sociales en las que todos simplemente juegan con sus roles familiares y superficiales. Te da la sensación vertiginosa y de caída sin fin de nunca saber dónde debería estar el suelo, como el vértigo pero por la experiencia de ser una persona en el mundo.
La primera temporada de «The Rehearsal» se encuentra íntegra en HBO Max.