La antropología, que es la ciencia en la que me formé, enseña caminos que resultan interesantes en el día a día. Metodologías que sirven para investigar, funcionan como base para crear experiencias que, en la práctica, se traducen en ejercicios de observación, comparación y análisis. Fue así como el mudarme a Sinaloa me dio la oportunidad de continuar investigando en el manejo de residuos, y ello a identificar acciones concretas aplicables en contextos que requieren/buscan conocer más sobre la correcta disposición de la basura.
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Y tras el reto de aplicar lo aprendido a través de los años en dinámicas de parentesco, comunidad y sociedad en general, emprendí una investigación y experimento social que comparto a quienes resulte de interés y utilidad.
Una Heroica Villa
Hay una Villa al norte de Sinaloa donde, durante la intervención francesa se defendió la soberanía de la nación. Hoy es un lugar que alberga historias del pasado que han sido desenterradas de poco en poco, entre libros y tierra, en los escombros del tiempo transcurrido.
Higuera de Zaragoza es el nombre que lleva este poblado de aproximadamente 9,500 habitantes.

Se encuentra en el municipio de Ahome, que cuenta con 31 localidades, y cuya principal actividad económica es la agricultura.
Fue precisamente este 2022 cuando la nombraron «Villa Heroica«. Distintivo que ha sido otorgado a 70 ciudades en México para respaldar a nivel nacional su importante figura e historia, así como fomentar, promover y transmitir la identidad. Siendo, junto a Culiacán y Concordia, una de las tres ciudades con esta denominación en Sinaloa.
Aprovechando un momento histórico tan importante para la comunidad de la Villa Heroica de Higuera de Zaragoza, realicé un experimento inspirado en un caso de éxito en Teocelo, Veracruz (del que valdrá la pena profundizar en cualquier oportunidad).
El modelo era simple pero complejo a la vez.
El plan de acción estaba diseñado para seguir por un lado las recomendaciones de la doctora Astrid Wojtarowskil, quien pertenece al Centro Mexicano de Innovación en Energía, y con quien he tenido contacto por lo menos en los últimos dos años por ser co autora del artículo ¿Por qué Teocelo sí pudo? Un documento que ha sido parteaguas para mi lucha contra la basura y un ejemplo que comparto a menudo.
Además de lo valioso que resultó descubrir la relación entre la antropología y la arqueología reconocida en la basura, los diferentes estudios al respecto en Latinoamérica, así como el fascinante trabajo de Tres Art Collective, conformado por Ilana Boltvinik y Rodrigo Viñas.

Sin equipo, sin presupuesto y tomando en cuenta que la basura es considerada un problema ajeno, parecía carecer de valor social emprender tal esfuerzo. Sin embargo…
Es primordial vivir en un medio limpio; ¡guerra contra la basura!
“Tierra fértil, agua suficiente y un cerro a la mano” para el establecimiento y el sustento.
Bajo esos principios se asentaron los pueblos originarios de Higuera de Zaragoza, quienes con trabajo y lucha hicieron habitable esa Villa, que como otras de la región, enfrentan en la basura una fuente de contaminación para la salud humana y los recursos naturales.
En las apretadas agendas de los gobiernos y ciudadanía en general no cabe ensuciarse las manos, mirar dentro de bolsas negras y reiniciar la máquina humana que aprendió códigos y maneras de funcionar todos los días que no parecen funcionar.
Bastaron 18 semanas para que tras prueba y error —mejorando técnicas y herramientas aplicadas; analizando el entorno, sujetos y el seguimiento puntual de bitácoras, entrevistas, material visual, diarios, medios y redes—, se pudiera concluir exitosamente el experimento social en una familia.
Y ello, a título propio, lleva a reflexiones y conclusiones que motivan a replicarse en el corto, mediano e incluso largo plazo no solo en aquella región.
Honremos la memoria, excavemos… separemos
Lo primero que se hizo en el experimento fue identificar hábitos de consumo de la familia que accedió a realizar la prueba piloto. Dicha familia está integrada por tres personas con edades que van entre los 29 y 94 años de edad, con una escolaridad básica, media y de especialidad.
Así como identificar visitas regulares de familiares y conocidos de diferentes territorios y contextos. Seguido de una sensibilización continúa del tema de la separación de la basura, la adaptación de contenedores y espacios acordados para la separación y un constante reto por empoderar el tema y ponerlo sobre la mesa.
En este punto fue gracias a la historia oral y la recuperación de actividades ancestrales, como se acordó excavar zonas de la propiedad que al menos 60 años atrás ya lo habían sido para depositar objetos y materia básica para la vida.
Aquella tarea resultó sumamente interesante, ya que los hallazgos en las diferentes etapas descubrieron objetos que desempolvaron relatos de vida y parentesco, de actividades pasadas y de dudas que han sido sembradas junto a matas de aguacates, papayos, higos, plataneras, recuerdos y más.
De manera que, en las tres excavaciones realizadas se lograron recuperar residuos inorgánicos que se convirtieron en basura. Muchos de ellos conservándose casi intactos a pesar de haber sido producidos, consumidos y desechados décadas atrás.
Vidrio, aluminio, plástico en sus diferentes presentaciones, textiles, calzado, incluso material para la construcción y hospitalario fueron encontrados, documentados y catalogados para su futuro análisis.
A su vez, se logró registrar la cantidad de basura que se generaba en el estudio de caso, llegando a contabilizar hasta 190 gramos al día por persona, siendo que según datos de SEMARNAT, en México la cantidad promedio por persona es de 1 kilogramo aproximadamente.
Es decir, aplicando los mecanismos correspondientes fue posible reducir más del 50% la generación de basura en un hogar, ayudando a que esta no sea manejada incorrectamente, permitiendo la separación, valorización y por ende, aplicando economía circular, meta que se mantiene a veces utópica y a veces como lejana para países como México.
En cuanto a los residuos sólidos inorgánicos a lo largo del experimento se generaron en 16 semanas:
11.4 kilos de PET; 9 kilogramos de aluminio; 8.80 K. de papel y cartón. Deshechos todos que fueron llevados para su venta a centros de acopio ubicados a 33 kilómetros de la localidad, debido a que en dicha villa y áreas circunvecinas no hay espacios donde se acopien estos materiales para su venta. Respecto al vidrio el cual no se pesó, fue donado para la creación de una obra artística que está en proceso.
La bitácora concluyó
Al cabo de las 18 semanas la prueba finalizó, había que terminar de vaciar los datos correspondientes, hacer trabajo de gabinete, respaldar la información y hacer los análisis necesarios.
De manera satisfactoria se compartieron los resultados con las y los miembros de la familia y la comunidad. Comprobando que el trabajo en equipo, la paciencia, el seguimiento, pero sobre todo la observación, los cambios de hábitos y voluntad, son suficientes para construir transformaciones que aunque para muchas y muchos pueden ser pequeños, para otros tantos pueden ser catalizadores de experiencias colectivas positivas.
Por último, no queda más decir que las ganas por replicar el modelo, una vez comprobado que puede ser viable se hacen cada vez más grandes. El llamado sigue y cada vez se hará con mayor ahínco, con más voces, con más elementos.
Estamos cansadas y cansados de vivir en condiciones que no nos permiten desarrollarnos correcta y sanamente, de escuchar los mismos pretextos para no ejecutar lo que por derecho nos corresponde, un entorno limpio por ejemplo.
Sabemos que se puede lograr y sabemos cómo hacerlo, la rebeldía existe y también se ejecuta convirtiendo la basura en residuos, economía lineal en circular, apatía en fervor. Y es que alguien tiene que hacer el trabajo “sucio” ¿que no?