En franca campaña y sin recato

En franca campaña y sin recato

López Obrador está hecho a la vieja usanza del PRI y aunque niega toda relación con ese partido, simplemente es su origen la intolerancia y lo rancio de Echeverría y López Portillo. Se comporta como esos viejos presidentes y le gustan sus liturgias.

Le gusta que le quemen incienso a su paso. No le gusta la crítica y va por aquellos que la hacen. Su éxito se resume a la narrativa que lanza todos los días desde Palacio Nacional; sus éxitos sólo a cuentagotas. Sus escándalos son mayoría para quien fuera el mejor luchador social que tuvo el país, pero ese López ya no existe.

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Así, a la vieja usanza de los tricolores, López les soltó las riendas a los caballos antes de tiempo. Todavía le faltaba la mitad del sexenio, pero como el país se debate en una crisis hay que entrarle a lo que sea para desviar la atención de la opinión pública. Aunque el Pejelagarto tiene a su favorita en Claudia Sheinbaum y un grupo de mujeres encabezadas por Beatriz Gutiérrez Müller hace gestión para sostenerla como abanderada, la jefa de gobierno se cae en las encuestas y poco a poco se va relegando hasta en el corazón de su mentor.

Sheinbaum le falló a López Obrador en la consulta de Revocación de Mandato, al ser la Ciudad de México la que menos participó en el ejercicio, mientras que, en Durango, el estado que operó en la elección pasada, lo perdieron. No se pueden olvidar las nueve alcaldías que ganó la oposición en 2021, más la corrupción y opacidad en las investigaciones de la tragedia de la Línea 12 del Metro en donde encubre a Florencia Serranía.

Por esas razones, Claudia Sheinbaum la tiene perdida y la figura de Adán Augusto López va creciendo de a poco, pero constante en las mediciones.

El 26 de agosto fue designado Adán Augusto López Hernández como titular de la Secretaría de Gobernación; sustituyó a Olga Sánchez Cordero, quien sólo fue un producto ornamental para la 4T. A la Secretaría de Gobernación la redujeron a su mínima expresión y la llaman la Secretaría de asuntos sin importancia, pues todo se decide en Palacio Nacional.

López Hernández llegó para hacerse cargo de la política interior, pero como en los mejores tiempos del PRI, su simple llegada ya lo colocaba como posible candidato y como están las cosas con la oposición, hasta presidenciable.

No hay secretario de Gobernación, lo que hay es un personaje en franca campaña con permiso del mismo presidente de la República. No hay recato en los mítines ni en los discursos que se pronuncian. Le gritan ¡presidente, presidente! y hay espectaculares por distintas ciudades. Donde se presenta se monta el numerito como en Guadalajara, no por nada tiene 62 % en las encuestas. Eso sí, a los pronunciamientos del INE y sus posibles sanciones se rasgan las vestiduras como Mario Delgado, por eso querían modificar al instituto para hacer lo que se les venga en gana.

Aquí se lo dije, resucitaron a César Yáñez para que lo acompañe y le haga la operación política como lo hizo con López Obrador en tres campañas presidenciales. Algo sabrá y ya se ve y se siente su mano. Me cuentan que especialistas en imagen ya trabajan con Adán Augusto López para presentarlo como continuador del “legado” de López Obrador, así el secretario está convertido en un candidato, jugando al filo de la ley, pero a sabiendas que tiene el permiso del poder unívoco que tiene el presidente… Pero mejor ahí la dejamos.

Entre Palabras

¿Algo que presumir con inflación del 8 %? ¿Por el bien de todos, primero los pobres?

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Hasta la próxima.