La reciente visita a México de Joe Biden y Justin Trudeau pintaron de cuerpo entero al presidente López Obrador y su corta estatura para convertirse en un líder de América Latina.
Ya sabemos que se siente más cómodo con los presidentes que se cargan a la izquierda. Siente simpatía por los más recalcitrantes que rayan en las actitudes tiránicas y dictatoriales. Son evidentes sus carencias como mandatario. Una cosa es la coreografía en la que suelen convertirse las reuniones internacionales que le dieron la oportunidad de pasear en la “Bestia” de Biden y que le alcanzó hasta para que aterrizara en el AIFA y otra los verdaderos resultados.
Para el gigantesco ego de López debe ser terrible saber que no será el nuevo Simón Bolívar, ni siquiera un líder aglutinador de América. Insisto en que el trato que Estados Unidos le da a México tampoco es de socio comercial.
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Por el contrario, estamos a punto de entrar en disputas legales por la política energética y el quebranto de lineamientos en el T-MEC. Las políticas migratorias no se movieron ni un ápice con Trump ni con Biden, para ellos seguimos siendo la frontera y la obligación de ser ese muro, pero en la zona del río Suchiate más al sur, y para eso se sigue usando a la Guardia Nacional y para cuidar al Metro de la Ciudad de México.
Por si algo faltara para el tabasqueño y el ocaso de su mandato, ya reapareció “su amigo” Donald Trump, el republicano más clasista y racista contra los latinos. López hasta le escribió un libro de título Oye, Trump, pero luego se tendió como tapete igual que Peña Nieto y fue a Washington para ser parte de la campaña de 2020.
Ahí hasta leyó de corrido, no hizo tantas pausas en su discurso del jardín de las rosas en la Casa Blanca. Luego la imagen de López apareció en un promocional para los migrantes que ya son residentes y votan en aquel país. Hizo todo lo que criticaba de Peña Nieto. Aquello de ponerlo en su lugar sólo fue una habladuría más.
Que conste que no se trata de bravuconadas con un profesional como Trump. Se trataba de endurecer el discurso, de levantar la cabeza y no arrastrar el orgullo. El magnate ya está en campaña, quiere regresar a la presidencia de Estados Unidos y lo hará con un discurso incendiario, con división, y usará la imagen del Pejelagarto a quien sigue ninguneando con aquello de que lo dobló en las negociaciones del T-MEC.
El sábado pasado, en New Hampshire, tachó a López de socialista y dijo que «necesitamos 20 mil soldados en la frontera y que nadie cruce a Estados Unidos, que todos se queden en México».
El presidente de México ha disculpado a Trump diciendo: “Así es él”. Lo consideró su amigo. Aquí se lo dije, eso era un gran error y también comenté que tarde o temprano lo iba a utilizar de manera política para sus fines. Ahora su “amigazo” le recetó otro revés y lo pone como timorato al decir que «llamó al presidente (AMLO) y le dijo: ‘Señor, estaremos honrados en darle 28 mil soldados y estaremos honrados en mantener a todo el mundo en México’”.
La semana pasada apareció Never Give An Inch. Fighting for the America I love (Nunca cedas una pulgada. Luchando por la América que amo), el nuevo libro de Mike Pompeo, el exsecretario de Estado de Estados Unidos.
En sus páginas se puede leer que Marcelo Ebrard, canciller de López Obrador, quiso ocultar el acuerdo migratorio. El asunto es que, durante la administración de López, el que se dice humanista, pero se vanagloria de las remesas que mandan los paisanos como si fuera uno de sus logros, la migración ha aumentado y Estados Unidos ha endurecido su política con el plan “Quédate en México”, confeccionado en la administración Trump y que no ha sufrido cambios con Biden.
Los agentes fronterizos de Estados Unidos han contabilizado casi 2,4 millones de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, lo que supone un aumento del 37% en comparación con los 1,7 millones de encuentros registrados durante el periodo anterior.
Así, los tiempos de los diferentes en Palacio Nacional y la coincidencia en los tiempos electorales en ambas partes de la frontera, desnudará los acuerdos ocultos que hayan realizado. El ataque de Trump contra López se pondrá peor como avance el reloj; le darán con todo… aunque mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.