El oficio de hacer antropología
Mientras me enseñaban en las aulas sobre pensadores y pensadoras de esta ciencia, a menudo había una suerte de desplazamientos en cada caso. Recuerdo muy bien cuando leía Tristes Tópicos y pude entender mejor sobre la delgada línea entre ser antropóloga y ser humano; todo en este mundo se termina relacionando.
Confirmé entonces que el constante movimiento ayuda a resolver preguntas, a entender lo que hay afuera y adentro, en lo macro y en lo micro, en la teoría y en la práctica.
Hay que adentrarse en diferentes grupos para poder presentar a otros, diversas realidades; y han sido estos movimientos y esta tarea, los que me llevaron de nuevo al estado de Sinaloa, del cual –he sido testigo– ha estado en movimiento.
Ningún encuentro es casualidad
A Bertha Núñez, quien encabeza la Asociación Civil Ahome Sustentable, la conocí en un foro sobre basura, en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, en el 2022. En aquel espacio, se abrió para mí un nuevo escenario, me recibieron con entusiasmo diferentes activistas y personajes, con quienes más adelante he podido tejer redes que me llevaron hasta el encuentro de lo que hace unos días aconteció.
Contenido relacionado: ¿A quién le importa la basura y porqué debemos hacerle la guerra?
Al cabo de unos meses de la reunión en Culiacán, la AC Ahome Sustentable inició los preparativos del Primer Foro Ciudades Sustentables, que se llevaría a cabo en el mes de febrero en Los Mochis. Aquel sería un escenario donde pudiéramos compartir experiencias, estudios, hallazgos, necesidades e inquietudes. Desde ambientalismo, educación, derechos humanos, salud, economía, alimentación, hasta vivienda, que fueron puntos los medulares a tratar.
El día llegó, y luego de realizar diferentes campañas de fondeo, difusión y mucho trabajo, el comité organizador abrió las puertas junto con el Centro Escolar del Noroeste al evento esperado por mucha gente. Desde muy temprano el Foro vió desfilar personas de todas las edades.
Alumnado, docentes, investigadoras, investigadores, iniciativa privada, sociedad civil, activistas, emprendedores, organizaciones no gubernamentales, periodistas, creadores de contenido y más, se dieron cita durante dos días para hablar de los retos, necesidades, debilidades pero también fortalezas y casos de éxito que acontecen en ciudades como Los Mochis, pero que no son ajenos a otros territorios de México.
Se vivió un ambiente donde se hicieron ver símbolos de identidad y pertenencia, de mensajes fuertes y claros, de preocupación por el futuro pero también de mucho empeño.
No solo eso, incluso se llevaron a cabo talleres y actividades prácticas que ayudan a demostrar que el tiempo apremia y es urgente enseñar cómo accionar con pequeños y grandes esfuerzos, que ayuden a mejorar las condiciones del medio en el que vivimos. En otras palabras, actuar para estar bien. Al estrado subieron diferentes voces y era el turno de hablar de economía circular.
De la basura a la economía circular
Durante los preparativos para la presentación, me daba vueltas el tema. Y es que sin duda hablar de ello conlleva muchas responsabilidades, sobre todo si el público al que nos dirigimos era amplio y diverso. Y es que discutir el modelo económico actual puede ser un tanto escandaloso, si se toma en cuenta que somos sociedades de consumo, con altos niveles de estímulos diarios, en espacios geográficos determinantes y sobre todo que en la actualidad, hay muchos aspectos que se deben mejorar en las ciudades y con la sociedad.
Dicho esto, recordé (casi) todos los ejemplos que he podido conocer en la práctica, entre cada desplazamiento y cada búsqueda virtual. Espacios y productos que más allá del discutible concepto de economía circular. Ideas transformadoras, catalizadoras, tradicionales o innovadoras, se unen frente a nuestros ojos para moldear un nuevo estilo de vida. Uno que nos brinda la oportunidad de estar sanas, sanos y en el que el impacto que deja nuestra existencia, sea menos agresivo para el medio que además, nos provee todos los días.
Es ahí donde entran la observación participante, la circulación, la descripción como aporte, el regalo de mirar hacía adentro y hacia afuera. El mensaje que se quiso compartir, fue que juntos y juntas podemos transitar a un mundo limpio. No es un hecho aislado que la economía sea la base, pero también se ha dicho antes… la revolución está sucediendo. Las nuevas economías son una alternativa
En su caso, en la economía circular o circularidad se busca por ejemplo, reducir los desechos que están afectando no solo suelos, agua y aire, también nuestra calidad de vida. Utilizar productos que estén elaborados de manera sostenible, que bajo su dinámica de extracción o transformación, puedan regresar a un ciclo donde se aprovechen al máximo sus cualidades. Llevar a cabo transacciones que se adecuen a nuestras necesidades y posibilidades. Explotar al máximo nuestras facultades y proponer nuevas vías para resolver y satisfacer el ser, tener y hacer.
Notas desde un no lugar
Luego de aquella cita el trabajo de campo debía continuar. Después de diferentes encuentros bastante productivos todos ellos, fue momento de seguir transitando para aplicar los métodos de la antropología, hacer antropología de la basura. Así, mientras se escriben estas líneas en una sala de espera, siguen pasando muchas cosas en diferentes puntos del país. Sinaloa lleva por lo menos los últimos meses poniendo sobre la mesa el tema de la sustentabilidad, ya sea a través del turismo, la protección al medio ambiente, o el desarrollo económico.
Mazatlán no es la excepción, a principios de año ambientalistas analizaron el tema de la gestión integral de los residuos junto a las autoridades. Días más tarde, el gobernador del estado, junto con otros personajes del sector público, llevaron a cabo el Encuentro Sostenibilidad de las Zonas Metropolitanas Turísticas, donde se habló de tratar temas puntuales como derechos humanos, cuidado al medio ambiente, equidad de género y turismo sustentable. En la misma ciudad se llevará a cabo en las siguientes semanas, el “2do Foro Gestión Integral de la Basura, Organismo Operador y Economía Circular” organizado por la Asociación Ambientalista Sinaloense aliado de otras organizaciones civiles. La agenda política, ciudadanía y empresas están trabajando en el tema.
También lee: Guerra contra la basura desde la Heroica Villa de Higuera de Zaragoza
Por otro lado, en Los Mochis aconteció un ejemplo de lo que servidores públicos se jactan de no poder hacer. Poner manos a la obra no es una cosa sencilla, pero lo que más se necesita es voluntad.
Hacer algo va más allá de firmar acuerdos vacíos; es compartir experiencias, crear redes, escucharse entre sí y como siempre, trabajar en equipo.
Crear espacios donde converjan ideas concevidas de diferentes realidades, todas ellas con el único propósito de mejorar. Así se sintió aquel foro, fue un espacio donde se pudo accionar.
Y así, desde aquí agradecemos a todas y cada una de las personas que le han dado sentido a estos mensajes, cada acción cuenta y lo más importante en este cambio, es que todos podemos intervenir para bien.