Bullet Train, un tributo a Tarantino en la era de la posverdad

De la misma forma de libro de autoayuda en que Bullet Train (Tren Bala, 2022) trata temas como la buena y mala suerte, el karma, el destino y la autodeterminación, quizá el espectador no debe esperar que esta sea una buena película (¿buena, según quién?) y sólo disfrutar del viaje. ¿Pasará a la historia como todas las obras a las que muestra una auténtica reverencia? Lo más seguro es que no, pero hay algo muy disfrutable en que lo sepa y no le importe en lo más mínimo.

Narra las historias de cinco asesinos que coinciden en un tren bala de Japón. Ladybug/Catarina (Brad Pitt) acude para cubrir el rol de otro asesino indispuesto; el dúo de criminales Tangerine (Aaron Taylor-Johnson) y Lemon, (Brian Tyree Henry), escoltan al hijo descarriado de un connotado asesino ruso de la mafia japonesa, White Dead (Michael Shannon). Estas historias y otras se interrelacionarán de maneras inesperadas. Está basada en la novela Maria Beetle de Kôtarô Isaka, publicada en 2010.

El ADN de Quentin Tarantino está en todo lo que toca y respira el director David Leitch (co-dirección de John Wick, Otro día para matar, 2014; Atomic Blonde, Atómica, 2017; Dead Pool 2, 2018); los flashbacks recuerdan a Kill Bill Vol.1, (Kill Bill, La venganza, 2003); la historia de La Muerte Blanca es similar a la de O-ren Ishii y Brad Pitt desempolvó su aire de Aldo Raine en Inglourious Basterds (Bastardos sin gloria, 2009). Algunas situaciones son tan inverosímiles que llevarán a más de un cinéfilo a pensar: “lo forzaron demasiado”; a veces la broma en Bullet Train es esa: forzarlo demasiado.

Leitch es tan Tarantino, que sus personajes también hablan de tonterías antes de emprender monólogos existenciales, y también hay recursos que se saca de la manga para cuadrar un guion que a mediados de la película ya resulta insostenible.

El diálogo cómico-filosófico entre estos dos, seguro te divertirá.
El diálogo cómico-filosófico entre estos dos, seguro te divertirá.

Por todos lados hay reverencia al cine de Hong Kong de John Woo; el personaje de Pitt y otros pelean circunstancialmente con objetos, a la Jackie Chan; y hay una inescapable alusión a la novela Asesinato en el Expreso de Oriente, de Agatha Christie, pero más allá de la posmodernidad, en la era en que se pueden hacer gags cómicos y aceptables con los smartphones. Aquí no importa la originalidad, pero es una película que se disfruta si así se quiere.

En ella, sale el reguetonero Bad Bunny y jamás deja su elemento, incluso, si se le pone otra música a sus intervenciones (lo comprobé) parecería que sólo hizo un videoclip. Hacen cameos Channing Tatum y Ryan Reynolds, y es un constante flujo de referencias culturales, mcguffins en la era en donde ya no importa el mcguffin, donde sabes que Pitt, por más mala suerte que diga tener, está mintiendo. Es el típico héroe bromista que sale avante en todo; es una de las personas más afortunadas de la tierra y esa es la broma.

Donde los protagonistas caminan hacia el ocaso como en el peor de los clichés cuando ya se ha resuelto todo (¿se resolvió algo?). Es como Everything Everywhere All at Once (Todo en todas partes al mismo tiempo, 2022) de los Daniels, pero hecha con mucho menos ángel, con menos ingenio y forzando la mano un poco (en ocasiones demasiado).

Como si Pitt y un consolidado cast actoral hubiera accedido a hacer una de esas películas-parodia que estuvieron en boga a finales de la década del dosmil (Meet the Spartans, Una loca película de Esparta, 2008), pero con una sensibilidad “audaz” y sentido sofisticado de ironía, que por ello pretende que sea aceptable en la actualidad. Es bastante disfrutable si no se saca el monóculo de crítico “serio”.

La cara que pondrás si eres un cinéfilo demasiado exquisito.
La cara que pondrás si eres un cinéfilo demasiado exquisito.

¿Apropiación, parodia?

La broma es para el cinéfilo, porque en el fondo, Sean Bean, el actor, siempre tiene que morir en sus películas, Brad Pitt reír al último, y Michael Shannon tiene que ser el malo. La película juega con todos esos memes culturales de redes sociales. No es secreto el buen villano que suele hacer Shannon en casi cada película en que ha actuado, pero acá le otorgan el maravilloso distintivo de ser una especie de Bill que imaginó Tarantino, hasta con el pelo largo y hablando un poco de japonés.

Es la idea de parodia, de lo que ya se apropió Tarantino, con mejor gusto, hace más de 20 años, cuando ya se admitía que incluso un cineasta como él, en realidad sólo se apropiaba (para muchos no es más que un vil ladrón) de lo ya concebido, desde su propia visión integradora, y esa era la mejor definición de posmodernidad.

Pero lo de Leitch es ese concepto llevado al absurdo, y extrañamente, en la llamada era de la posverdad, Bullet Train abraza su intrascendencia como producto cultural, con tanta desfachatez que parece que no le importa y nos puede hasta caer bien por ello.

¿La premisa es suficiente como para sostenerse por dos horas? La respuesta del crítico profesional será que no, como lo muestra su rating de 53 % en Rotting Tomatoes y 49 % en Metacritic. Pero al público a nivel mundial le gustó bastante. El filme duplicó su inversión y eso es lo que quería la productora Sony, por lo que quizá haya una secuela en donde los acontecimientos de Tren Bala se conviertan en una suerte de mitología moderna para la posteridad.

Bullet Train es una película que quienes disfruten del humor de parodia y pastiche de la saga Dead Pool atesorarán como la siguiente gran obra del coordinador de dobles de acción que devino en director de cine, David Leitch; quienes sólo busquen pasar un buen rato, tendrán un gran viaje (literal); pero si buscas originalidad en cada frame, esta no va a ser tu película y sólo te va a irritar a grados que no sabías que existían.

Michael Shannon en su pequeño pero esencial rol.

Puedes verla en HBO MAX.

Ve aquí el trailer de Bullet Train:

Lanzamiento: 3 de agosto de 2022 (México); País de origen: Estados Unidos/Japón; Idioma: Inglés/japonés/español/ruso. Director: David Leitch; Guion: Zak Olkewicz, basado en la novela de Kôtarô Isaka; Con: Brad Pitt (Ladybug); Joey King (Prince); Andrew Koji (Kimura); Hiroyuki Sanada (el viejo); Michael Shannon (Muerte Blanca); Sandra Bullock (Maria) Duración: 2 horas, 7 minutos.

Por Jesús Serrano Aldape

Jesús Serrano Aldape es escritor y periodista, graduado de la UNAM, licenciado en Ciencias de la Comunicación, se tituló con una tesis sobre el Universo Trágico de David Bowie. Le gustan la música, el cine y los videojuegos, el teatro, los deportes y la política, temas de los cuales ha escrito durante 20 años en publicaciones como Trasfondo, Milenio, Replicante, La Mosca en la Pared, entre otras.