En algún momento de Aloners (Hon-ja-sa-neun Sa-ram-deul, 2021), la psique de su protagonista, una joven operadora de call center, parece impregnar por completo el estilo del filme. Como tal, la cámara se fija en ella y en sus espacios cotidianos cerrados, nos entrometemos en su vida y los sucesos diarios son mostrados con una rutina que hiere. Luego vamos entendiendo su historia y el mismo estilo fílmico parece reflejar la evolución del personaje.
Narra un pasaje de la vida de Jina (Gong Seung-yeon), que es excepcional en su trabajo en un call center y que debería recibir un doctorado por su capacidad para alejar a las personas en su vida y fingir que no le importa. Un día recibe la encomienda de su jefa de capacitar a Sujin (Jeong Da-eun), una aprendiz inocente y jovial, que comenzará a romper su dura coraza.
Aloners (Solitarios) se proyectó el año pasado en el Festival de Cine de Torino, lo cual ya es un logro, pues la misma directora pensaba que no saldría del circuito de cines en Corea del Sur. Su protagonista, Gong Seung-yeon, tampoco contaba con experiencia en películas, fue elegida por recomendación de conocidos de la cineasta y su papel en series de televisión locales, y es un hallazgo notable.
Hong Seong-eun maneja la trama de la soledad en la que está incurriendo Jina, hasta como una película de terror, incluyendo una suerte de homenaje a Ringu de Hideo Nakata,-la película en que se basó su versión hollywoodense, The Ring (El Aro, 2002)-, en las escenas en que ella espía a su padre por las noches por medio de una cámara que escondió en la sala.
Spoilers sobre la trama a continuación
“Para Jina, despedirse de alguien siempre es violento y repentino, ella quiere evitar el sentimiento de dolor de perder a alguien, no quiere ser la que cree esta dolorosa situación para ella”, explicó la cineasta a Serena Seghedoni, para loudandclear.com.
La toma constante a lo largo de la película es Jina en el autobús, revisando el celular, con los audífonos puestos, encontrando una distracción, cualquiera, para hacer más llevadero su trayecto, una escena cada vez más común en la actualidad. Pero hacia el final, la cámara toma a la joven desde afuera, viendo ese mismo reflejo de la ciudad en los vidrios del camión, pero desde el exterior, que se revela como un horizonte interesante en medio de su transformación interior.

El verdadero terror
Aloners es una película muy realista, porque al final sabe que los vínculos prácticos, no se van a repetir la mayoría de las veces; cuando llega el momento de despedirse, es eso, y avanzar, casi con indolencia. «No vamos a terminar como amigas, esto seguirá adelante, terminó este ciclo en el que aceptabas a una empleada eficiente y ya no la vas a tener, y a otra cosa», parece decirle a su jefa cuando se despide de ella, un resumen sucinto de la relación con ella.
Un sentido bastante realista de las relaciones humanas, al final no hay forma de que ellas puedan tener un vínculo mucho más grande, porque se acabó la única cosa que las unía y esa soledad es inevitable, la autora no romantiza.
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Otro es el caso del vecino de Jina, que hace una misa para exorcizar a la persona que falleció allí, en soledad; como una forma de empatía, hasta de experimentar el sufrimiento de la persona que ya no está, en un país aquejado por el llamado kodokushi (muerte solitaria), un fenómeno sociológico en que las personas se aíslan de todo vínculo con la sociedad, perecen en su confinamiento y nadie repara en ello.
Abundan en los medios de comunicación verdaderos relatos de horror de personas que pasaron en sus departamentos años, antes de que alguien advirtiera que ya no están en esta vida.
Cuando Jina ya está mejorando como persona, puede ignorar las muchas pantallas en las que pone los ojos para distraerse de su soledad. Cuando ya abre las cortinas, entra luz a su habitación y ésta ya no parece tan sombría; hasta la directora cambia las tomas para obsequiar otra fisonomía de las cosas y lugares que a esta altura ya nos acostumbramos a ver. Ella sigue sola, pero no está empeñada en su síndrome de enclaustramiento.
La directora representa ambos estados de ánimo de Jina, contrastando la iluminación de los ambientes, de tal forma que los entornos que la cámara recorre, siguiendo sus pasos, con el suspenso y hasta paranoia expectante de una película de terror, se trasforma al final en un capítulo tan esperanzador, que quizá ya no es demasiado relevante para esta película.
“No importa lo que Jina haga, nada puede cambiar el hecho de que ella es su padre, que él la dañó profundamente en el pasado y de que él tiene algunas explicaciones que darle”, señaló Hong Seong-eun, quien basó la historia en pasajes de su propia vida en sus veintes, cuando pasó a vivir sola.
Aloners es una película sencilla y muy sincera sobre las relaciones humanas en la época de la posmodernidad tardía, que termina justo a tiempo para no caer en terrenos de sensiblería o chantaje emocional. Elige mostrar las cosas por medio de un lenguaje cinematográfico muy fino, sin olvidar pinceladas de humor que embellecen y complejizan a sus personajes, todos ellos solitarios en la urbe.

Puedes verla en Mubi.
Lanzamiento: 19 de mayo de 2021 (Corea del Sur); País de origen: Corea del Sur; Idioma: Coreano. Directora: Hong Seong-eun; Guion: Hong Seong-eun; Con: Gong Seung-Yeon (Jina); Jeong Da-eun (Park Sujin); Park Jeong-Hak (padre de Jina).
Duración: 1 hora, 31 minutos.