Del 25 de julio al 1 de agosto, Oaxaca revitalizará su tradición de 90 años: unión de la inmensa diversidad del estado, a través de su inigualable multietnicidad cultural. Un festejo que atraviesa épocas completas, que une generaciones, que es tanto festejo del maíz como celebración de la Virgen o simplemente unión del crisol de sensibilidades que es la sociedad oaxaqueña.
Aquí cada una de las etapas del devenir histórico del estado de Oaxaca es reconocido por las significaciones que dejó tras de sí. Así, en las representaciones de danza en el Auditorio Guelaguetza de la histórica ciudad de Oaxaca de Juárez hay tanto tributo a la Diosa del maíz, Centéotl, como una recuperación de la era de la Verde Antequera española, y también un saludo al presente y su proyección a futuro.
El eje de todo es el baile típico, una actividad querida a nivel mundial. Es una forma de expresión personal, tanto como una manera de expresar la herencia o liberar tensión, una libertad corporal que se ve en los movimientos de muchos de los grupos folclóricos que desfilan. Baste ver la enorme variedad de danzantes que se darán cita desde el 25 de julio.
Así, las ocho regiones del estado estarán representadas durante los ocho días de celebración: la mayor población de los Valles Centrales; la paradisiaca Costa; las enigmáticas Sierra Norte y Sierra Sur, que para muchos sólo serían una región; la pequeña pero fundamental Cañada; la laberíntica e inmensa Mixteca; el cinturón que une dos océanos, Istmo; y la cuenca del río Papaloapan, la región industrializada del estado.
Tan distintos climas y geografías, expresiones de gran riqueza cultural: su gastronomía, su idioma, su estilo de vida, sus colores y símbolos y formas de pensar, que permanecerían en el anonimato casi total de las grandes mayorías, de no ser por la Guelaguetza, que en su primera edición presencial desde 2019 será un festejo de la pléyade de razas que confluyen en el estado de Oaxaca y forman su identidad.
Todos los caminos llevan al Cerro
Para el que no ha estado nunca, es similar a un desfile de Juegos Olímpicos, mezclado con un carnaval. Un desfile colegial del día de las Rosas en Estados Unidos, pero con un toque de inteligencia y distinción cultural único e inimitable. En el adoquinado especial de la ciudad de Oaxaca, con las delegaciones precedidas por su porta estandarte y dejando a su paso, la personalidad y cosmogonías particulares de las localidades en cuestión. Nada menos que 570 municipios representados de una u otra forma.
Procesión directo al Cerro del Fortín, recuerdo claro de que la Ofrenda (Guendalezaa, en zapoteco) en Huáxyacac tenía como destino compartir alimentos y danza a la magnánima Diosa del Maíz, Centéotl y el destino era el Cerro Daninayaaloni o de la Bella Vista. La denominada fiesta de los lunes del cerro, sería suplantada por la Virgen durante la Colonia y se convertiría en el desfile de Calendas.
En el pasado, se reconoció la importancia del festejo, porque se convirtió en una forma de reconocer y celebrar a Oaxaca como estado y se celebraba los primeros días de julio, pero luego se cambió para sincretizarla y amalgamarla con la fiesta de la Virgen del Carmen Alto. Hibridaciones entre la creencia nativa y la secular de los conquistadores europeos; una fusión que se convirtió poco a poco en lo que presenciamos hoy día en el importante evento.
Según Pedro Camacho, en su libro La Leyenda de la Fiesta de Lunes del Cerro, y María de los Ángeles Fernández en Velaria del Fortín, memorial de latrocinios, la actual Guelaguetza tiene su origen en una festividad denominada Homenaje Racial, que se llevó a cabo el 25 de abril de 1932, cuyo fin fue conmemorar los 400 años de la “promulgación de la Cédula Imperial de Carlos V de Alemania y I de España, que otorgó superior categoría urbana a la entonces Villa de Antequera en el Valle de Oaxaca”, señala Ángeles Fernández.
Recuperando ese reconocimiento, en 1926 se organizó el festejo del cuarto centenario de Oaxaca, cuyo programa ya incluía un desfile, bailables regionales de los distintos grupos étnicos, competencias deportivas y tablas gimnásticas. Con el tiempo se fueron integrando actividades y se fue haciendo más vasta la denominación y el simbolismo de la fiesta.
En la actualidad es un reconocimiento total de la diversidad que caracteriza la sociedad oaxaqueña toda, no sólo la privilegiada, sino toda en su conjunto. Y como la cita anual, reverdece la idea de una Oaxaca moderna, incluyente, multiétnica; una sociedad que tiene un lugar prominente para cada uno de sus integrantes, los cuales pueden compartir al mundo su forma única de ver la vida.
Estas son las regiones que se darán cita durante los 8 días de la Guelaguetza 2022:
Valles Centrales
Región que está conformada por 121 municipios, 7 distritos. Oaxaca de Juárez es el punto donde confluyen las ocho regiones. Y una de las tradiciones que los asistentes jamás se quieren perder, es el desfile de las delegaciones, que se celebrará el sábado 25 de julio. Tradiciones como el Baile de la Pluma y otros originarios de los Valles de Etla, Tlacolula y Zimatlán, son populares.
Alimentos y artesanía que son herencias directas de las grandes civilizaciones y uno de los instantes más esperados es el Jarabe del Valle, ejecutado por las Chinas Oaxaqueñas, con sus vestidos de colores vivos y canastas llenas de flores que las revelan como devotas de la Virgen María. Sus evoluciones dancísticas por las calles en el desfile del 25, serán uno de los momentos estelares de la Guelaguetza 2022.
Mixteca
Región que está conformada por 155 municipios, 7 distritos. Una de las delegaciones más emblemáticas y numerosas, con bailables como de Los Chilolos, los Diablos de Tecomaxtlahuaca y un momento que no puede faltar en ninguna edición de la Guelaguetza: la interpretación de la Canción Mixteca, original del autor oriundo de Huajuapan de León, José Antonio Alavez.
Sierra Sur
Región que está conformada por 70 municipios, 4 distritos. Zona montañosa con una riqueza de flora y fauna y especial orgullo en la producción de café, con la ciudad de Miahuatlán como su localidad más representativa. Los asistentes ansían ver la representación de Los Tiliches de Putla y la Danza del Macho, entre otros grandes bailes de esta región.
Sierra Norte
Región que está conformada por 68 municipios, 3 distritos. Una zona que incluye a la Sierra Juárez, la Sierra Mixe y partes de la Chinantla y la Sierra Mazateca, macizos montañosos que forman parte de Sierra Madre de Oaxaca. Famosa por su mole amarillo, sus entomatadas, enfrijoladas y enchiladas, destacan sus Sones Mixes, Los Voladores, Los Migueles, Los Negritos y los Quetzales.
Costa
Región que está conformada por 50 municipios, 3 distritos. Ubicada al sur del estado, a lo largo del litoral del océano Pacífico, que abarca las playas de Puerto Escondido, Puerto Ángel y Huatulco. De esta región son pletóricos los tamales de camarón, de tichindas y los pescados al mojo de ajo. Uno de los bailes que más se esperan siempre es el de sus hermosas Chilenas de Pochutla.
Cañada
Región que está conformada por 45 municipios, 2 distritos. Es la región más pequeña de las ocho; tiene dos distritos: Teotitlán y Cuicatlán. Incluyen la riqueza cultural de Nanahuatipan, Los Cúes, Jaltepotongo, San Pedro Jocotipac. El baile de Huautla, donde las mujeres danzantes tiran flores a su paso, es de los más esperados. Los moles son la especialidad de la región.
Istmo
Región que está conformada por 41 municipios, 2 distritos. También conocida como la región del Istmo de Tehuantepec y el distrito de Juchitán, con la imagen icónica de la mujer istmeña, con sus vestidos de flores de brillante colorido como su emblema y sus contagiosos sones. En el terreno culinario, los istmeños hacen del arroz con carne de res un plato de gran refinamiento.
Papaloapan
Región que está conformada por 20 municipios, 2 distritos. También es conocida por el nombre de su ciudad más emblemática, Tuxtepec. Es la región más industrializada del estado. Su baile Flor de Piña es uno de los números estelares de toda la Guelaguetza y algunos de sus platos más deliciosos son el caldo de piedra, el Guasmole Chinanteco y el Pilte de pollo.
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