La escasez de agua en el estado de Nuevo León, una dura prueba para el gobierno de Samuel García, que debería prender focos rojos en otros estados de la República. Monterrey, la tercera ciudad con el mayor PIB (Producto Interno Bruto) de México y que se precia de ser una de las más desarrolladas, más cerca de Texas y Silicon Valley que del sur empobrecido mexicano, tiene sed y en algunos lugares ni los ricos pueden comprar agua embotellada.
Monterrey padece una sequía sin precedentes desde comienzos del año. Sin embargo, la crisis mostró su peor rostro en junio -con temperaturas de hasta 40°C- cuando las reservas de las presas de Cerro Prieto y La Boca registraron un 2 y 9 por ciento de abastecimiento, respectivamente. A este difícil panorama, hay que agregar que en tres décadas la ciudad pasó de una media de dos millones de habitantes a la actual de 5,3 millones.
Ante esta situación, la población ha sido obligada a subsistir con una dotación de agua potable de seis horas al día. En tanto, el gobernador, convertido en un Tláloc moderno, ordenó el bombardeo de nubes con yoduro de plata para provocar lluvias. Pero el clima es impredecible, y lo que traen las catástrofes son series concatenadas de eventos.
Para los especialistas, los factores más importantes en una crisis como la que vive Monterrey son la sobreexplotación de recursos, las “pésimas gestiones” en las reservas de agua y las concesiones que el gobierno estatal ha hecho a particulares.
Para estos expertos, Nuevo León llegó al punto de no retorno, pues tienen un déficit hídrico de 31 millones de metros cúbicos. Es tal la crisis, que, afirman, tendrán que replantearse su manejo del agua, porque técnicamente dependen del líquido en una región que siempre ha carecido de ella.
Mala administración
El problema de la sequía en Nuevo León ha puesto en evidencia la mala administración del agua por parte de sus gobiernos. Durante décadas, Monterrey ha dado concesiones para explotar agua donde es escasa, sólo porque a las compañías refresqueras y cerveceras les queda más cerca la frontera con Estados Unidos y eso facilita la exportación de sus productos.
El resultado es una ciudad en donde empresas cerveceras y refresqueras consumen en un año lo que los ciudadanos necesitarían en una década. Según informes del Frente Activista de Nuevo León, 15 empresas consumen 44 millones, 490 mil 222 metros cúbicos anuales de agua. Peor aún: Nuevo León permite una agroindustria irresponsable en una zona con estrés hídrico, lo cual siempre es una bomba de tiempo.
La administración de García comenzó hace menos de un año y ya ha echado la culpa de la crisis a sus predecesores de los últimos 30 años. Lo cierto es que las 64 compañías más importantes que detentan el agua de Monterrey no pueden detenerse. El argumento de García es que esas industrias generan empleos y, más importante, pagan impuestos.
Por eso, en lugar de reordenar esas prácticas que han terminado deprimiendo el sistema hídrico, la solución del gobierno ha sido reducir el suministro de la población, mientras en un TikTok reciente, su esposa, la influencer Mariana Rodríguez, que preside el DIF estatal, se divierte con la alberca llena.
La solución para el crecimiento de ese norte industrializado, siempre ha sido la expansión de las industrias, sin importar que no haya agua. Su solución, como la que proponía El Bronco, es entubar los ríos del sur de México y que esa agua viaje al norte.
Entrevistado por la BBC, el académico de la Facultad de Ciencias de la UNAM, José Antonio Ordoñez Díaz, explica que el problema radica en que los gobiernos estatales no se han preocupado por construir plantas de tratamiento de agua, de tal modo que la que emplean se va irremediablemente por el drenaje.
Negociación con particulares
En suma, se trata de una crisis que se ha agravado por los malos manejos políticos. Se estima que en el gobierno de Felipe Calderón se otorgaron siete mil concesiones mineras. Y durante los gobiernos de Ernesto Zedillo, el ferviente partidario del neoliberalismo, y de Vicente Fox, quien fuera presidente de Coca-Cola, fueron los sexenios en que se entregó el gran negocio a las cerveceras y refresqueras, situación que continuó en la gestión de Peña Nieto.
“Hace falta un acuerdo en Nuevo León, si es necesario nosotros ayudamos, porque se le debe de dar preferencia al consumo doméstico; en una situación de emergencia se tiene que atender primero a la gente”, consideró el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en su conferencia matutina del 27 de junio.
Mencionó que se trata de definir prioridades y celebrar acuerdos, por ejemplo, que si hay plantas que consumen mucha agua, que lo reduzcan y lo demás se destine a la gente. “Si nos solicitan ayuda, los ayudamos en lo fiscal, pero son decisiones que deben tomarse allá”, aclaró el mandatario.
Obrador no es ajeno a ese tipo de negociaciones. En 2020 pidió a la firma Constellation Brands que modificara la locación de su proyecto de cervecería en Mexicali, Baja California, el cual ya llevaba un 70 % de inversión, de un total de mil 400 millones de dólares. Ante la encuesta de los lugareños que no querían la instalación de la empresa, Obrador les dio opciones en el sur.
Les dio oportunidad de instalar su planta en Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Campeche, lugares en donde “lo que sobra es el agua”. La compañía eligió Veracruz. AMLO le sugirió a Samuel García que haga algo parecido con la élite empresarial. “Es un asunto de emergencia y hay que tomar decisiones”, subrayó. “No pasa nada si una planta cervecera, que tiene otra planta en Veracruz, deja de producir a toda su capacidad”.
Y es que empresas como Alcali, Ternium, Cervecería Cuauhtémoc, Hylsa, Bebidas Mundiales y Alfa, encabezan una lista de 64 industrias cuyo consumo de agua, según datos de Conagua, equivale a 50 millones de litros. El gobernador García Sepúlveda indicó la semana pasada que había solicitado que la cervecera de los Países Bajos, Heineken, donara la tercera parte del agua que tiene concesionada como parte de operativos para recuperar fugas en los 11 municipios del área metropolitana de Monterrey.
Pero son medidas de desesperación que podrían haberse evitado si el estado norteño tuviera una mejor planeación del uso de sus recursos y no se los entregara a la iniciativa privada de una forma tan abigarrada e insensible, sin contemplar imponderables como la sequía, la deforestación y otros fenómenos que terminan por comprometer peligrosamente a la ciudadanía.
Quieren la cabeza de Samuel
En medio de la crisis más importante que ha vivido Monterrey en décadas, la bancada del Partido Acción Nacional (PAN) en Nuevo León, que vive una fuga de militantes a Movimiento Ciudadano (MC), partido del gobernador, presentó el 21 de junio una iniciativa para que Samuel García pueda ser juzgado como cualquier ciudadano. Un día antes, el PAN presentó propuestas para modificar la Constitución del estado para que pueda ser sujeto de Revocación de Mandato.
Y es que en pocos meses García ha tenido que lidiar con la crisis de desapariciones de mujeres y feminicidios, y escándalos mediáticos de su esposa. Ahora, ante esta emergencia, intentó lavarse las manos.
“Ahora resulta que también es mi culpa que no hay luz, ahora la mentada de madre también me llega porque no hay luz, como si yo manejo (sic) CFE… y ahora resulta que la mentada de madre es porque no hay agua, como si a mí me toca (sic) el abasto de agua; pues no señores, el abasto de agua le toca a Conagua”, dijo el jueves 9 de junio, cuando comenzaba la crisis.
Sin embargo, parece que la fortuna favorece a García, pues el viernes pasado anunció que, gracias a un par de lluvias, el abastecimiento de agua subiría de 6 a 11 horas diarias, y debido a una clara operación cicatriz de los medios de comunicación norteños, no se han publicado encuestas que revelen la caída de aceptación que ha sufrido el gobernador. Diarios como Reforma, partidarios de su gestión, publicaron como un triunfo que habrá suministro de 10 a 14 o 15 de la tarde.
Ayuda del gobierno y privados
El presidente López Obrador ha detallado en un par de sus matutinas que cree que el problema de Monterrey es transitorio y que mejorará en breve. Por lo que la ayuda de su gobierno se centra en la creación de infraestructura para que el estado norteño enfrente futuras problemáticas relacionadas a la escasez de agua.
Germán Martínez Santoyo, director de Conagua, explicó que, según datos de la dependencia, para la construcción de la presa Libertad, que costará 7,474.36 millones de pesos, el Gobierno Federal ha aportado en lo que va del sexenio 2,183. 49 millones de pesos, así como apoyo técnico. Se estima que la presa abastezca de 1,585 litros por segundo al área de Monterrey cuando esté terminada.
Además, Santoyo anunció la instalación de un equipo de bombeo flotante en la presa Cerro Prieto, y la perforación de 24 pozos profundos, iniciando con 3 de 240 litros por segundo, así como apoyo técnico para la distribución de agua potable, con 26 pipas que distribuyen 13 millones 390 mil litros. Mientras que más de 64 concesionarios se comprometieron a inyectar al sistema 200 litros por segundo hasta incrementar a 500 litros.
Las crisis que vienen
Lo acontecido en Monterrey trae un mensaje para otros estados de la República en donde también el abastecimiento del agua pende de un hilo. El 21 de mayo fue publicada la Ley que Regula la Prestación de los Servicios de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento del estado de Querétaro, lo cual permite concesionar a particulares el sistema de aguas: privatizar un derecho humano elemental, en esencia.
Una ley que fue ratificada incluso por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Con su aprobación fast track, Querétaro no hizo más que unirse a Puebla, Quintana Roo, Veracruz, Coahuila y Aguascalientes, entidades en donde parcialmente el agua ya puede ser un negocio de particulares, donde dominan empresas como Odebrecht, Acciona, Suez y Veolia, que han sido sancionadas en otras partes del mundo, según indica una investigación de Dulce Olvera para Sin Embargo.com.
En la Ciudad de México, el abastecimiento depende del ya comprometido sistema Cutzamala, responsable de proveer a 12 de las 16 alcaldías. Una investigación del diario El País, firmada por Micaela Varela (29/04/2021), resalta que el conjunto de presas sólo estaba lleno a menos de la mitad, 23 puntos menos que el año pasado.
Ante la crisis, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, tiene el plan de construir una planta potabilizadora para utilizar otras fuentes alternas como la presa Madín o Guadalupe. No obstante, expertos han señalado que tal medida no atiende las causas y que son necesarias medidas de reforestación y planificación del uso de agua para ayudar a la solución del problema ante un sistema Cutzamala a punto de colapsar.
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La gran batalla por el recurso hídrico, se ha anunciado, será motivo de guerras en el futuro no tan lejano. En espera de demorar tal época tan difícil, expertos señalan que tanto gobiernos como especialistas y ciudadanía deben colaborar para crear una auténtica cultura del agua que lleve al aprovechamiento del recurso y a su reserva para tiempos adversos.