Rodrigo Moya. México reúne el trabajo gráfico que durante toda una vida realizó este destacado fotoperiodista y que ahora, en su mayoría, forma parte del acervo del Museo Amparo en Puebla, recinto que organizó la curaduría de la exposición homónima en 2019, la cual se pudo apreciar en el Centro de la Imagen y en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
La edición -que tuvo el apoyo de la Fundación Jenkins- contiene 250 imágenes, entre fotografías y material hemerográfico. Fue recientemente galardonada en la edición 24 del Premio Antonio García Cubas 2022 en la categoría de Libro de arte, en el marco de la XXXIII Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).
La coordinación editorial estuvo a cargo de Laura González, Evelyn Useda Miranda y Janeth Delgado Rodríguez. Incluye una entrevista con el artista, una línea del tiempo, una biblio-hemerografía de sus imágenes publicadas en revistas ilustradas, así como los textos de Laura González, Juan Manuel Aurrecoechea y Humberto Misachico, en los que las fotografías de Rodrigo Moya, producidas entre el periodo de 1955 a 1968, son analizadas bajo su contexto histórico y cultural.

Mirada crítica
La fotografía Hipotecados (1966), una vista aérea de la Unidad habitacional Tlatelolco en la Ciudad de México, refleja una composición rítmica. Sobre las imágenes de Moya, comenta González:
“La cualidad dialéctica de la fotografía de Moya también implica su carácter construido e histórico: lejos de ser un reflejo no mediado de la realidad, la fotografía funciona como una conciencia retrospectiva que, desde un conocimiento presente de los acontecimientos pasados, permite su revisión crítica”.
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Por su parte, Aurrecoechea hace una reflexión en torno a la fotografía social y política del trabajo de Moya, haciendo énfasis en lo complejo que sería conocer cuál fue el efecto que tuvieron sus imágenes en la época de su publicación original:
“Resulta muy difícil pensar que pasaron sin dejar huella en los lectores y lectoras de aquellas publicaciones populares. Quizá el tiempo de las fotografías de Moya no sea ni aquél ni éste, quizá los dos”.