La visión glamurosa de ciertas producciones de Hollywood volvió la celebración del Día de Muertos algo sofisticado y de moda en Estados Unidos, pero una gran cantidad de artistas mexicanos se han asegurado de que nuestros vecinos del norte tengan la información correcta. Por segundo año consecutivo, se celebra Mexico Week; Día de Muertos, en el Rockefeller Center de Nueva York.
El evento arrancó el 19 de octubre (y continuará hasta el 3 de noviembre) con la exposición de grabados de José Guadalupe Posada (1852-1913), creador de las icónicas catrinas, y continuará los siguientes días con la exhibición en el lobby del Rockefeller Center de Palmarius, una calavera de un metro setenta centímetros, realizada en plata y bronce por el artista veracruzano Enrique Cabrera.
“Esta escultura representa a la vida desde el momento en que nacemos hasta que morimos”, explica en su página Cabrera. “Todos tenemos que tener un cráneo, sin él, no podemos vivir, no podemos trascender sin tener que morir”, reflexiona el artista, también restaurador de obras mexicanas.
Organizado por el Consulado General de México en Nueva York, el Instituto Cultural Mexicano, el Museo de Arte Moderno y el icónico Rockefeller Center, esta ofrenda-exposición artística incorpora arte tradicional y moderno e invita a los neoyorquinos a participar de la cultura, la música y el concepto de Día de Muertos, tal como es concebido en el seno de la cultura mexicana, sin filtros.
Los organizadores también vinculan la cosmovisión y resiliencia de los antiguos pueblos con la historia moderna de la migración de los hoy pueblos de Latinoamérica y su presencia cada vez más notable en las megalópolis estadounidenses, como la misma Nueva York. De tal forma que el evento funciona como un festejo de las identidades, en uno de los más prestigiosos centros culturales del mundo.

Los lugareños también podrán visitar un tradicional mercado al aire libre, o tianguis, con comida mexicana, productos artesanales, textiles hechos a mano y todo tipo de artesanías provenientes de todas las latitudes de la República Mexicana, que también son parte de una tradición que data de las épocas más remotas de la cultura precolombina.
Además, la ofrenda incluye dos magníficas piezas del artista capitalino César Menchaca, un Quetzalcóatl y un Jaguar elaborado en chaquira, con coloridos dibujos huicholes. Esculturas que no sólo lucen vistosa, sino que explican a los asistentes al evento la relación de animal tutelar que carga el Jaguar y como guía en el inframundo cultural de los pueblos mesoamericanos de norte a sur.
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La mega ofrenda también es el marco de la presentación del libro Monumental: La dimensión pública de la escultura 1927-1979, de Pedro Reyes, que presenta una historia visual documentada de la escultura moderna en México en 29 ensayos y 13 entrevistas, curado por el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México. Los eventos del festejo de Día de Muertos finalizarán el jueves 3 de noviembre.