La artista aragonesa Cristina Huarte con “Aleteo negro” da voz a la fuerza fertilizadora del mundo material. La dualidad, fuerza y fragilidad, encarnada en la mujer mariposa, manifiesta sus experiencias con las tradiciones y la cosmovisión étnica.
Con “Aleteo negro” la artista, presentará esculturas, audiovisual y performance, con lo que entrelaza la espiritualidad femenina y expresa las vivencias conectadas con mujeres de Oaxaca y Chiapas.
Cristina Huarte presenta ocho figuras realizadas en hierro, cada una representa las voces (Maruch, Martha, Ixchel, Cristina, Coca, Petrona) que aparecen en el video de cada una de las mujeres con las que he convivido en diferentes comunidades en los altos de Chiapas y en Oaxaca.
“Funcionan como sombras dibujadas y dan paso a una serie de voces enunciadoras que provienen de un pasado arrasado”, expresa.
“Aleteo negro” lo podrás ver del 7 de marzo al 30 de abril en el pasaje del Centro Cultural de España en México, el cual se ubica en República de Guatemala 18, en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Justo a espaldas de la Catedral Metropolitana.
Por otro lado, su gusto por la resina fósil, el ámbar, piedra que va del amarillo a negro y su transparencia de cristalino a opaco, lo utiliza para jugar con la luz y la sobra en sus esculturas.
Cristina Huarte manifiesta que sus propiedades curativas la han ayudado a construir unas alas de luz que sirven para alumbrar en mitad de la oscuridad.
Con “Aleteo Negro” representa la mariposa cuatro espejos, que de acuerdo con la leyenda “Itzpapálotl”, al ser enviada a la tierra portaba una capa que le otorgaba el ser invisible para que no fuera vista. Su aspecto hace referencia a una mariposa con porte tenebroso.
“Mi identificación con la mariposa nocturna corresponde con la pérdida de identidad y la impotencia de saberse depositada en un lugar que no le corresponde. Sus apariciones me han arrastrado hacia metamorfosis más oscuras”, manifiesta la artista.
Cristina Huarte resalta que “Aleteo Negro”, a su vez designa fuerza y debilidad del latido que se bate contra el miedo a volar en la oscuridad.
“Nos asusta salir a la luz, supone un desgarro desplegar el vuelo. Aunque la luz es verdadera, el fulgor puede ser traicionero”, expresó.
Finalmente, indicó que a través de su trabajo con la sombra a nivel personal y colectivo, ha utilizado el símbolo de la polilla. El mito de Iztpapálotl está presente en su expresión artística, recordó que es una leyenda poderosa, con la cual nace su identificación con la mariposa nocturna.