En entrevista, Cuautle afirma que ha sido una década de mucho trabajo, en la que la gestión cultural ha sido clave para que el proyecto subsista, sobre todo en los dos últimos años en que México ha sufrido los estragos de la pandemia, y que provocó que diferentes encuentros de poesía se cancelaran.
“Han sido tiempos terribles para todos. Varios festivales se vinieron abajo por falta de recursos o por cuestiones político culturales. Así que para nosotros es un orgullo cumplir este décimo aniversario”, señala Cuautle desde el otro lado de la línea telefónica.
Explica que el festival se realizará en dos modalidades: presencial, en la plancha del zócalo capitalino, cuando el semáforo epidemiológico en la Ciudad de México está en color amarillo, y de manera virtual, a través de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, institución educativa que los acogió desde 2013.
Para quienes prefieran seguir en línea todas las actividades, podrán hacerlo en este enlace: https://www.facebook.com/FILZocalo/
En esta ocasión, detalla Cuautle, el encuentro contará con la participación de más de 40 poetas, 26 presenciales y los restantes de manera virtual, originarios de nueve países: Cuba (Waldo Leyva), Guatemala (Javier Payeras), República Dominicana (León Félix Batista), Ecuador (Sarawi Andrango), El Salvador (Susana Reyes), España (José María Micó), Alemania (Michael Speir)y China (Wang Jianxin).
De México participan: Matza Maranto Cepeda, Dulce Chiang, Oskar Santoscoy, Hugo de Mendoza, Federico Corral Vallejo, Juana María Naranjo, Nicté Toxqui, Rafael Catana, Clemente Guerrero, Arturo Córdova Just, Dana Gelinas, Eduardo Vázquez Martín, Elisa Díaz Castelo y Xhevdet Bajraj, poeta de origen albanés que radica en México.
En tres días de actividad, se llevarán a cabo cinco encuentros, que serán moderados además por otros poetas: Luis Aguilar, María de Guerray el propio Manuel Cuautle, quien considera que la del Zócalo es la feria del libro más importante de toda América Latina. “Quitando lo comercial que implica la de Buenos Aires y la de Guadalajara, es la más importante en términos culturales: llega a alrededor de un millón 250 mil personas en 10 días”.
Compromiso social
En estos días de encierro, en los que mucha gente ha vivido sola durante año y medio, Cuautle considera que la poesía ha sido una especie de refugio que nos ha permitido asirnos a algo.
“¿Qué haríamos sin el arte? ¿Sin el gran trabajo de la poesía con su lenguaje y su concentración de emociones? La gracia de la poesía es eso: que concentra una cantidad de emociones, que nos puede conducir a un buen puerto o a un huracán, pero es válido a los dos puntos a donde nos lleve”.
-Finalmente, la poesía, además de cultural y estética, también tiene una relevancia social…
–Todo el arte tiene un compromiso con su momento histórico. A la caída de Octavio Paz -el gran dictador de la cultura mexicana que sometió a muchos grupos culturales, incluidos los poetas, a no escribir trabajos con contenido político y social- se retoman estos aspectos que merecen todo trabajo artístico.
Por supuesto hay que hablar, si quieren, de la naturaleza, del cielo, la nostalgia; es válido, de eso se trata el arte, de capturar todas las emociones posibles. Pero también es cierto que el compromiso social y emocional que tenemos con nuestro entorno, es fundamental para existir, por eso hay que acercarse a la poesía.
Algunos amigos han publicado antologías de poesía de las izquierdas, social, de género. Sin ese trabajo, yo creo que habría muchos huecos en nuestra sociedad. Aun así, existen, pero serían más grandes si no estuviese este trabajo hecho. El compromiso social es fundamental para todo el arte, no sólo para la poesía.
– ¿Cuál es tu balance en estos diez años del Festival Internacional de Poesía?
-2013 (único año que el festival quedó fuera de la feria) y 2021 han sido años bastante complejos. Si ya libramos estos dos momentos, lo que suceda en el futuro vendrá con mucha fuerza. Hemos llegado con cierta presencia internacional. Además, de todos los proyectos grandes de poesía, el único que subsiste es este.
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Los grandes, que invertían millones y millones de pesos, tronaron. Con nosotros todo ha sido gestión; eso ha hecho que lleguemos fuertes. No tenemos la miseria del dinero como punto principal del evento. No nos manejamos con esos puntos, sino con el trabajo, la gestión cultural, el amor y el respeto a uno mismo.
– ¿Has pensado en hacer una memoria de los encuentros?
-No lo he pensado, pero sí, la tenemos que hacer, porque vale mucho la pena. En la Ciudad de México se intentó hacer un gran festival, en el 87, 88, pero se realizó un solo encuentro. En 2006, 2007, un político lo intentó de nuevo, pero pasó lo mismo. Después un partido de exizquierda dio muchísimo dinero a unos camaradas y les duró dos o tres años. Así que sí, tendremos que hacer esa memoria…