Tragedia entre el IMSS y el Metro

Tragedia entre el IMSS y el Metro

Terrible la tragedia sucedida en Playa del Carmen donde una niña perdió la vida en un elevador al que no se le había dado mantenimiento. Los diputados panistas del Congreso de la Ciudad de México, Gabriela Salido y Federico Chávez, dijeron que la empresa contratada para dar mantenimiento a elevadores en aquel hospital del IMSS, también tiene contratos con el sistema de Transporte Colectivo Metro, el cual se ha venido deteriorando desde la llegada de Morena al gobierno de la ciudad.

No se necesita ser ingeniero para saber las condiciones en las que opera el Metro de la capital y que los accidentes han cobrado la vida de 28 personas, como en el colapso de la Línea 12 y el alcance de la Línea 3.

Escaleras eléctricas que llevan más de un año sin funcionar, bebederos abandonados y los retrasos de los trenes son cada vez más frecuentes. Las personas con una discapacidad o de la tercera edad que tienen dificultades de movilidad saben bien que los elevadores se han convertido en basureros y no se pueden utilizar.

Hay que recordar que en los tiempos de la 4T se terminaron las licitaciones y se pasó a un sistema de adjudicación directa, lo que ha aumentado la corrupción y ha disminuido la rendición de cuentas y candados. Dice el diputado Federico Chávez que Transportación Vertical en México Sitravem SA de CV fue creada en 2018 y tiene toda la fachada de empresa “fantasma”.

Por ello, Martí Batres, jefe de gobierno de la Ciudad de México, debería informar qué trabajos hacen en las líneas 1, 2, 3, 9 A y B del Metro, donde tienen asignado mantenimiento. Hay que escuchar las advertencias, ya estamos cansados de tragedias.

Por cierto, ya que hablamos del IMSS y la intención de Zoé Robledo, director de este instituto, de buscar la candidatura al gobierno de Chiapas, ya le hicieron la invitación para que renuncie al cargo.

Perdió la gracia

Aquí se lo he dicho, la mañanera de Andrés Manuel López Obrador perdió la gracia. Es un cúmulo de frases aprendidas y lugares comunes. Aquello de ejercicio de comunicación circular quedó solo en un intento más de un gobierno fallido en muchos sentidos.

Cuando los reporteros de verdad cuestionan a López Obrador, este enfurece y se va contra ellos y el medio. Les ha dicho de todo. Luego se escuda en aquello de su libertad que, claro que la tiene, pero seamos claros: no es lo mismo que lo haga un periodista a que lo haga el presidente con toda la fuerza de los medios del Estado y luego el linchamiento en redes.

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Así le pasó con el finado Ricardo Rocha, quien fue a confrontarlo por aquello de una lista de “chayoteros” que no era otra cosa que contratos por difusión. Luego se puso furioso con Denise Dresser y Jorge Ramos. Esa ha sido la constante y si no que le pregunten a Ciro Gómez Leyva, para quien no tuvo ni una palabra de solidaridad por su atentado. Ahora tocó el turno para el periodista Ernesto Ledesma, que le preguntó sobre los desplazados de Chiapas. La respuesta se anticipaba: puras descalificaciones. Pero como dijo el colega, en septiembre del año que viene López Obrador se va y el periodismo se queda.

El enojo de Santiago

Parece que eso de enfurecer contra los periodistas es contagioso. Ahora tocó el turno a Santiago Creel, quien, ante las interrogantes de un reportero, este no ocultó su disgusto. Levantó la voz y le cuestionó si esa era la nota. No debe ser fácil para Creel saber que era la primera opción y luego lo rebasó Xóchitl Gálvez.

Algo parecido a cuando Felipe Calderón le arrebató la candidatura prometida por Vicente Fox en 2005. Un político de la experiencia de Creel debería saber lidiar con la prensa de todo tipo, incluso con provocadores. Lo positivo del caso es que se mostró como verdaderamente es.

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Hasta la próxima.