Aquel mensaje pronunciado por el presidente López Obrador de “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”, varios de sus cercanos se lo han tomado a pie juntillas y van por ahí infringiendo el Estado de Derecho, claro, con la complacencia de Palacio Nacional.
Creen que le hacen un favor al presidente, pero nos deja ver que van a hacer de todo en las guerras intestinas morenistas para llevar a su candidata a la sucesión de 2024, sin importar la transgresión de la norma, pues total, una vez en el poder nadie les podrá hacer nada.
Uno de esos personajes impresentables es la gobernadora Layda Sansores, la misma que se encargó de desactivar al presidente del PRI, quien fue gobernador de Campeche, Alejandro Moreno.
Lo exhibió con audios y capturas de los chats que se tomaron de manera ilegal usando a la Fiscalía del estado y su titular para ablandar al tal “Alito”, y con ello pasar las reformas y bajarle de nivel a su discurso incendiario. Hoy Moreno Cárdenas tiene fracturada la alianza Va por México; panistas, priistas y perredistas desconfían de él y lo tachan de traidor.
Como se lo he dicho en otras ocasiones, Alejandro Moreno tiene un largo historial que lo ha colocado en la palestra por sospechas de corrupción, pero en un Estado de Derecho se tendrían que haber hecho las denuncias correspondientes para que actuara la autoridad en consecuencia, y no ser Sansores la inquisidora en un deprimente “reality show” de cada martes en el que acusa y sentencia con “pruebas” obtenidas mediante el espionaje.
La campechana ya se sabe el caminito y aunque López Obrador dice que le parece de mal gusto, Layda se ha convertido en su brazo ejecutor junto con otros para hacer el trabajo sucio, aunque ella también tenga sus pecados, que le serán recordados, como el que su padre, el priista Carlos Sansores, le haya pedido al innombrable Carlos Salinas de Gortari empleo para “Laydita que no tiene trabajo”.
En ese sentido, no aguantó el enfrentamiento con el zacatecano Ricardo Monreal, a quien amenazó con dar a conocer información que lo dejaría mal parado; un golpecillo para el aspirante que les estorba al tabasqueño y a la misma jefa de Gobierno, de la que se dice muy amiga y por la cual hace campaña.
Así como lo señaló en redes sociales Layda, cumplió su amenaza y señaló a Monreal de traicionar el movimiento popular que formó López Obrador e incluso de pactar acuerdos con el dirigente nacional del PRI, “Alito” Moreno, así como de intervenir en la elección pasada de la Ciudad de México para obtener beneficios personales y afectar a la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum.
En las guerras internas de Morena se van a dar con todo y luego del dicho de Sansores, de inmediato comenzó a circular en redes sociales la información del supuesto lavado de dinero de quien fuera alcaldesa en Álvaro Obregón, así como sus desplantes de cuando ocupó un escaño en la Cámara de Senadores.
Bueno, hasta se enfrentó con una reportera en plena calle. Todo eso la llevó a recular en sus ataques hacia Monreal Ávila, quien, me dicen, posee información de la campechana.
Según lo dicho por Ricardo Monreal, lo que iba a presentar Sansores se habría tratado de información obtenida de grabaciones telefónicas de carácter privado, y luego la defensa de Claudia Sheinbaum para Layda nos lleva a atar cabos de lo que se trata: su candidata simplemente no sube en las preferencias electorales, por el contrario, pierde gas cada día.
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Mientras Adán Augusto López y Ricardo Monreal le entregaron las reformas que López Obrador les ha pedido, lo que los coloca con puntos extras para que ambos quedaran en 28 puntos de acuerdo con la encuesta de El Financiero, esto ante la mirada del caudillo que definirá a su “corcholata”.
Así, los Morenos dan muestra de que se parecen mucho a los priistas con su guerra sucia, espionaje y actos fuera de la ley con el aval del presidente. Insisto en que Layda no tiene freno y va a seguir por el camino que quizá le marcan desde Palacio Nacional… pero mejor ahí la dejamos.
Entre Palabras
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Hasta la próxima.