Para quienes piensan que las condiciones que guarda el país son producto de la inconciencia de López Obrador, me parecen que están muy equivocados. El presidente tiene a México donde lo quería, en un contexto idóneo para él y los suyos, lo que resulta un acto altamente perverso porque lo hace con conocimiento de causa.
Sabe que en esas condiciones de pobreza su discurso cobra sentido, por aquello de pasar de la “austeridad republicana” a la “pobreza franciscana”, donde los pobres se incrementan y la dependencia de los programas sociales resultan un paliativo para un mal mayor.
Mientras el país sigue en franca descomposición y entrampados en los discursos alegres del caudillo de Palacio Nacional, la oposición sigue metida en el fango y sin despertar.
También es cierto que ahí los ha colocado el presidente y en algunos casos hasta se ríe de los esfuerzos que realizan algunas asociaciones, que rayan en lo ridículo: se reducen a campañas en redes sociales, pero en lo tangible no logran cuajar.
La anterior columna de Arturo Suárez: Marcelo Ebrard la tiene perdida en Morena
Soy de los que creen que nada está escrito para la sucesión presidencial de 2024, pero el tiempo se les agota y hay que voltear hacia otras latitudes como Sudamérica, donde luego del fracaso del populismo se le abrió la puerta a la derecha más recalcitrante y así les ha ido.
Los partidos aliancistas luchan sus guerras intestinas para que el panista Marko Cortés y el priista Alejandro Moreno permanezcan en sus dirigencias, y luego buscar catapultarse a la candidatura. Al mismo tiempo que reciben el “fuego amigo”, también enfrentan el del enemigo, como el tal “Alito”, que ha recibido tremenda vapuleada de la campechana Layda Sansores y su fiscal, Renato Sales Heredia. Claro, infringiendo la ley, pero con el permiso de su líder supremo.
Del PRD no hay nada que decir, es un cascarón que deja recursos y que hoy sólo sirve para apuntalar la alianza, pero que en 15 estados perdió su registro local como partido, ese que tienen secuestrados los “Chuchos” y que prácticamente desmanteló López Obrador para formar Morena. No hay nada bueno que decir, salvo los esfuerzos aislados de algunos legisladores.
Mientras la desarticulación sea la principal característica de los opositores y no se den los acuerdos, no podrán enfrentar a la 4T en el proceso de 2023 del Estado de México y menos en la presidencial de 2024. Si ya es riesgosa la disolución de los límites en las ideologías partidistas entre izquierda y derecha, proyectos de nación, valores y más, resulta grotesco la incorporación de grupos como Frena, encabezado por Gilberto Lozano, que sólo hacen el ridículo y que seguramente causan la hilaridad del inquilino del Palacio.
En ese contexto se encuentra la organización “Futuro 21” en la que el viejo político Demetrio Sodi de la Tijera se dice candidato para abanderar la alianza opositora rumbo a la contienda presidencial. Así se presentó en un evento en la Hacienda de los Morales, acompañado sólo de un puñado de quienes supuestamente lo apoyan.
Veremos el surgimiento de movimientos y personajes del pasado de todo tipo y calibre que se dirán listos para competirle a López Obrador. Ahí también inscribimos a Rafael Acosta “Juanito”, que está desconectado de la realidad desde hace muchos años. Bueno, hasta se habla de Claudio X. González. Ya en serio… ¿usted se imagina alguno de ellos como presidente?
Claro que constitucionalmente todos tenemos derecho a aspirar, pero mientras no se le meta rigor, proyecto y seriedad, sobre todo mientras no se dé una articulación, organización y operatividad ante la falta de liderazgos, no importará quién sea el opositor abanderado, López Obrador y el aparato de Estado los aplastarán. Todos dicen que no son los tiempos, pero este se les va entre las manos… pero mejor ahí la dejamos.
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.