En una semana dará inicio la contienda por el Estado de México y Coahuila. Será la última llamada para que el PRI muestre la fuerza del resurgimiento como en 2012 con Enrique Peña Nieto, o la debilidad que lo ponga en el bote de los desechos junto al PRD o el Verde Ecologista, que por sí solos no ganan ni la elección del kínder.
Esos partidos basura que chupan grandes cantidades del presupuesto y nos salen muy caros sólo sirven como agencia de colocación para que sus dueños repartan premios; ese podría ser el destino del tricolor.
No se trata de defender al PRI porque la realidad que vive se la fue construyendo poco a poco, con cimientos de corrupción, no escuchar a su militancia, traicionar al pueblo que gobernaron, devaluaciones, desfalcos rapaces, como en el sexenio de Peña Nieto y una larga lista que llevó a la marca a convertirse en sinónimo de corrupción.
Con todo lo anterior, más la mala dirigencia de Alejandro Moreno Cárdenas, que tiene a los priistas divididos y a una alianza Va por México que no termina por recuperar la confianza en el campechano, irán a la contienda en dos entidades.
En la atmósfera mexiquense hay muchas dudas del papel que jugará Alfredo del Mazo Maza: ¿entregará la entidad a López Obrador como lo hicieron Omar Fayad, Alejandro Murat y hasta Campeche, que gobernaba el tal “Alito” Moreno?
Hay voces que advierten el abandono como candidata de Alejandra del Moral, que sería quien cargaría con la responsabilidad de la derrota para entregar el estado número 22, que gobernaría el partido del López Obrador. Mientras que Coahuila la cosa pinta para que sea la alianza quien se quede con el poder, pero cuidado con las sorpresas y la operación política.
Durante el proceso de elecciones intermedias, en este espacio dije que había quienes ya estaban pensando en cambiar de camiseta. Así sucedió en Hidalgo con aquellas elecciones de Carolina Viggiano, cuando se pensaba que el contendiente sería Israel Félix, que no fue tomado en cuenta para una candidatura.
Líderes y operadores despechados que no fueron escuchados por los priistas terminaron jugando a favor de Morena, que fue ganando espacios. Luego el presidente López Obrador, mediante su secretario de Gobernación, Adán Augusto López, apretó a los gobernadores; hay que recordar a los que fueron beneficiados con embajadas.
Los resultados llegaron el año pasado en que Julio Menchaca ganó Hidalgo. La estrategia se repitió en Oaxaca; ambas entidades fueron bastiones del priismo que nunca habían tenido alternancia en la gubernatura.
He platicado con algunos priistas que llevan años como operadores en Naucalpan, Tlalnepantla y Nezahualcóyotl, y me dicen que no están de acuerdo en cómo se eligió a la candidata por parte de Alfredo Del Mazo. Sienten que no fueron tomados en cuenta y que no se han acercado de manera seria para hablar y acordar.
Otro me dice que ya se cansó de que no le cumplan y que él y su gente jugarán a los contrarios, que les ofrecen recursos y la promesa de posiciones en el gobierno de Delfina Gómez. A uno más lo consume el pesimismo y dice que van a perder el Estado de México porque el gobernador “ya lo pactó con el presidente”, por eso la campaña no pinta como en otras ocasiones.
Un factor más se detonó en días pasados con la salida de Miguel Ángel Osorio Chong como líder de la bancada priista en el Senado de la República. Poco duró el gusto de aquel abrazo que se dio con Moreno Cárdenas con el argumento de que anteponían la vida del partido. Ahora, sin irse del PRI, hay que estar pendientes de qué lado va a jugar el hidalguense.
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Parece que hay una victoria para “Alito” Moreno, pero se le fracturó el partido. Tiene vía libre para operar la elección del Estado de México, pero si pierde, en su derrota estará la victoria de varios tricolores de la vieja guardia, el PRI de “Alito” es el que más conviene en Palacio Nacional… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.