Ninguna fórmula o estrategia le ha resultado exitosa a la oposición. Sus tácticas perversas le han llevado por los más oscuros caminos y fracasos. No tienen metas claras, y menos propósitos definidos a favor del Pueblo. Todo lo contrario: Hipócritas y cínicos, se han quitado las máscaras, han mostrado pública y abiertamente sus verdaderos rostros repugnantes.
Y México no está dividido. México está más despierto que nunca. Y los conservadores, ya muy pocos herederos sobrevivientes de la corrupción apenas sostienen sus mentiras, apenas sostienen sus vidas miserables y codiciosas, pendidas de hilos frágiles cargando el sobrepeso de sus rabietas y demencia que provocan lástima.
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¿Tan difícil es para la oposición aceptar la Verdad y la Justicia? ¿En serio les duele? ¿Les cala tanto en las entrañas doloridas? Están enfermos. Necesitan ayuda profesional urgentemente, porque la Transformación va para largo y sería prudente tranquilizarse para disfrutar de sus vidas y de lo que, en muchos casos, consiguieron gracias a la corrupción, al crimen, ilegalmente. Ahorren, trabajen, respiren profundamente.