En una de las primeras escenas de la nueva – y muy anticipada– serie de Disney+, ‘Obi-Wan Kenobi’, el espectador encontrará a los personajes trabajando como esclavos en el desierto, ganando una miseria dedicados a la carroña, raspando restos de criaturas muertas hace mucho tiempo atrás. Siendo un poco cínicos (como es mi caso, no soy un fan de Star Wars, pero no por ello haré spoilers, lea con confianza lo que sigue) esto podría interpretarse de dos maneras: o se trata de una coincidencia, o alguien en Disney+ y Lucasfilm (filial del estudio) es fan de la ironía.
Esto lo digo porque, para continuar con la metáfora de los carroñeros, lo que hace en cierta forma el estudio con esta serie, es rebuscar entre los restos de algo más grande para encontrar piezas de valor y esta serie es, básicamente, eso.
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Las dos historias más relevantes del personaje (que vuelve a la piel del extraordinario Ewan McGregor, que lo heredó del gran Alec Guinness); cómo llegó a entrenar al niño que se convertiría en Darth Vader y, más tarde, cómo el mismo Vader lo mató en la cara de Luke Skywalker, su segundo protegido, fueron contadas hace décadas y dejaron al personaje claramente establecido como uno de los icones de la mitología que aún hoy millones siguen adorando, y en una época en la que es necesario mantener con vida la franquicia, su reaparición es una inyección de vida, que además, está contada con cariño (y eso es algo que agradecer).
Cronológicamente, la serie sucede en algún punto intermedio entre ambas historias; Kenobi dio por muerto a Anakin Skywalker hace más de una década, después del trágico parto de Padme Amidala (el nacimiento de Luke y Leia) y, de manera realista, es otra década antes de los eventos narrados en ‘Rogue One’ y ‘Star Wars: A New Hope’ (en efecto, no soy fan, pero es inevitable que conozca estos datos si me voy a dedicar a esto, señorxs lectorxs), por lo que el Obi-Wan que vemos aquí no tiene mucho que hacer, ya que sus grandes momentos son historia y es uno de los pocos Jedi que quedan (y debe ocultarse, porque están prohibidos). Es carnicero durante el día, se pelea con los mezquinos Jawa por la noche y cuando duerme sueña exclusivamente en flashbacks de los abyectos y repugnantes Episodios I-III (esto debe ser el peor de los castigos, uno supone).
Es muy probable que no fuera necesario ver este capítulo de su vida, pero pues las franquicias son así, y la de ‘La Guerra de las Galaxias’, gracias a la codicia de George Lucas himself existe casi exclusivamente para alimentar la ansiedad sin fin de los fans que envejecen rápidamente, pero que adoctrinan a sus hijos (y en algunos casos, nietos) para que sigan esta obsesión sectaria, por lo que se sigue creando producto innecesario pero vistoso para que le sigan entrando y pagando entradas y suscripciones (aún si hace ya varios años que Lucasfilm Ltd., similares y conexos, fue adquirida por la casa del ratón) para que no les falte la dosis de su religión favorita (y no se enojen, ustedes saben que lo es).
Según cuentan los medios que hacen crónica de “la industria”, el concepto de esta serie comenzó como una película paralela a la saga, como la brillante ‘Rogue One’ (a mi modo de ver la mejor de toda la serie, con la honrosa excepción de ‘El Imperio Contraataca’) o la espectacularmente fallida ‘Solo’, que a nadie le gustó, sin embargo, el fracaso de esa última cinta puso en apuros su existencia, aunque gracias a que ‘The Mandalorian’ fue un jonrón revirtiendo lo que parecía el final de la saga en cines, el proyecto saltó de los rieles y terminó en el streaming.
Es frívola e innecesaria, sí, pero una vez que ‘Obi-Wan Kenobi’ comienza a tomar impulso (a medias del primer capítulo), sucede algo casi insólito para los cínicos como yo: la serie en realidad comienza a justificar su propia existencia. Los dos primeros episodios (de seis) son sólidos y entretenimiento puro: Kenobi está prófugo de la justicia, perseguido por una combinación de mercenarios contratados para cortarle la cabeza y las fuerzas de Vader, representadas por los Inquisidores (que sí meten miedo(, mientras intenta proteger a una joven princesa Leia Organa de Alderaan (Vivien Lyra Blair) en el proceso (a propósito, ver a Jimi Smits como Bail Organa me hizo sonreír, igual que ver a Anthony Daniels como el entrañable C3P0). Cuando el programa se apoya más en esta premisa, funciona maravillosamente (mejor, incluso que en ‘His Dark Materials’ de HBO).
Ewan McGregor pasa gran parte de estos dos primeros episodios dando camorra a los perseguidores alienígenas, pero se nota que se divierte haciéndolo; el personaje le gusta y está contento con ello, por lo que, despojado de esos rollos místicos que le impuso Lucas (¿se acuerdan de los famosos midiclorians?) es realmente emocionante ver a mezcla de Jedi y James Bond en acción. En los casi 20 años transcurridos desde la última vez que interpretó a Obi-Wan, McGregor también ha encontrado una manera de superar lo que, en este caso, era su mayor defecto; tratar de actuar con naturalidad para no imitar a Alec Guinness. En la serie de precuelas, se notaba que Lucas lo ponía entre la espada y la pared, pero aquí McGregor se suelta (literalmente) el pelo y permite su carisma natural se deje ver.
Algo también interesante es el surgimiento de más personajes femeninos con dimensión en la saga – que en la época de George eran solo adornos, razón por la cual Natalie Portman acabó muy descontenta–, y la némesis de la serie es Reva, interpretada por Moses Ingram, es una Inquisidora Imperial (es decir: exterminadora de Jedis) que tiene escasa paciencia para la burocracia del Imperio Galáctico y es implacable. Mientras sus superiores se inquietan y se preocupan por obedecer la ley al pie de la letra, ella lanza cuchillos a la cabeza de quien se deje y amenaza con matar a familias enteras (lo dicho, mete miedo). Reva es impulsiva e impetuosa y va en línea recta hacia Obi-Wan Kenobi, por lo que el encontronazo entre ambos será (proverbialmente) espectacular – algo que nunca está de más en la franquicia.
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En resumen, ¿necesitamos otra serie de ‘Star Wars’? No. ¿El ‘universo’ de esta franquicia aguantará estirarse más? No creo. ¿Es una serie que promete y que funcionaría aún si no fuera parte de esta saga? Eso sí. Y además, Ewan McGregor es garantía, por lo que esta serie es una rara ocasión para que los fanáticos de la franquicia (que como dije, la tratan con religioso fervor), los espectadores casuales y hasta los herejes (como su seguro servidor) puedan coincidir para entretenerse en un panorama cada vez más saturado de productos de segunda, y ‘Obi Wan Kenobi’ claramente, no lo es.
‘Obi Wan Kenobi’ presentará cada viernes un capítulo semanal de estreno en la plataforma Disney+