Por más que el presidente quiera minimizar las protestas en su contra, no se puede. Lo mismo les pasó a sus antecesores. Es un mandatario débil y sostenido sólo con narrativa triunfalista, pero no con hechos y resultados.
A estas alturas no debería de sorprendernos, le ocurrió lo mismo a Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto: ninguno estuvo a la altura que exigía el momento y a las expectativas que generaron. Pero nadie como Andrés Manuel López Obrador que habla de una transformación que sólo se quedó en su mente.
Algunas de las características que han marcado la personalidad de López son su necedad que lleva al extremo y que se convirtió en obsesión por el poder. Ese mismo que lo enloqueció para decir que están en su movimiento o contra él. Le encanta ser adulado y que le profesen culto a su persona y en ese sentido su narcisismo en gigante.
Por eso le duelen las críticas al emperador desnudo, al perdonavidas que insulta a quienes no lo alaban, aunque tendrá momentos de lucidez y entenderá que la vida pública del país no es dicotómica, no todo es sobre él.
Así que la marcha del domingo para exigir que paren los ataques contra el INE y salvaguardar a la democracia, seguramente le indigestó a más de uno, pero como digo, no solamente se trata de Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores, se trata también de los otros políticos, los legisladores que van a discutir y a votar la reforma.
Se trata de poner los reflectores sobre aquellos que fueron muy entrones como “Alito” Moreno y que al final empinó el secretario de Gobernación para que aprobaran la militarización del país. Ellos saben que no tienen justificación y que el ojo ciudadano, a favor y en contra, sabe que el PRI está partido, los tricolores que se arrodillaron y los que todavía no lo hacen.
Se trata también de mirar cuál será el papel de Movimiento Ciudadano, ese partido que postuló a la presidencia en dos ocasiones al Pejelagarto y que le deben muchísimo, tan sólo que por ser su abanderado consiguieron sobrevivir. Pero al paso del tiempo y cuando el tabasqueño los hizo a un lado, aparentemente hubo divorcio; sin embargo, Dante Delgado y los suyos saben venderse bien, al mejor postor, y no han terminado por definirse en el tema de la defensa al INE.
Hay mucho en juego en esa reforma que pretende López Obrador. Gran parte de la ciudadanía que está en contra de la forma de gobierno de López encontró un punto de impulso; en los próximos días veremos para qué alcanza y quiénes levantan la mano. No pueden ser impresentables como Gilberto Lozano o Claudio X. González, que deberán ser trascendidos.
El regalo de cumpleaños para López Obrador, una marcha con asistencia de más de 200 mil personas, de acuerdo con datos de los organizadores, pero que contrastan con los datos del secretario de Gobierno de la Ciudad de México, quien señaló que fueron entre 10 y 12 mil asistentes.
En total, se registraron manifestaciones en 17 entidades del país: Nuevo León, Morelos, Veracruz, Guerrero, Durango, Hidalgo, Yucatán, Nayarit, Tamaulipas, Aguascalientes, Campeche, Sonora, Zacatecas, Michoacán, Tabasco, Querétaro y Guanajuato.
Así que en esas manifestaciones hay varios mensajes. El primero, evidentemente contra López Obrador y su intento por demoler al Instituto Nacional Electoral e instaurar una figura abyecta como sus instituciones creadas. El segundo mensaje va contra los legisladores de oposición que ya están pensando en votar a favor de la reforma y entregarle al presidente al árbitro de la contienda. Si traicionan van a tener que dar muchas explicaciones a sus representados.
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El tercer mensaje y con dedicatoria para Claudia Sheinbaum, es muy probable que entregue la Ciudad de México para el 2024, la que le dio todo a su patrón… pero mejor ahí la dejamos.
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Hasta la próxima.