La socialdemocracia en México

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Culturalmente, Latinoamérica es más proclive a buscar caudillos que salven a la patria sin saber explícitamente de qué la van a salvar, que a encontrar un modelo para desarrollarse, que sea consensuado y que conlleve una corriente de pensamiento político, así como un diagnóstico que observe los síntomas sociales y elabore soluciones.

Tenemos la experiencia de un movimiento popular que venció al ejército institucional, pero en el que los protagonistas Francisco I. Madero,  Venustiano Carranza, Alvaro Obregón, Francisco Villa y Emiliano Zapata terminaron matándose entre ellos; los antagonistas de este capítulo, Porfirio Díaz y Victoriano Huerta, se fugaron del país.

Entre los constituyentes de 1917 seguro que hubo influencia de la socialdemocracia. Entre ellos había cooperativistas, sindicalistas, laboristas e intelectuales en contacto con esta expresión política, pero sin vocación demócrata. Pasaron  más de 50 años para que públicamente se manifestara esa opción política.

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La década de los 70 del siglo XX destacó por su inquietud social, época de luchas armadas y nacimiento de organizaciones políticas y sociales, que influyó para que se propusiera una iniciativa de cogestión empresarial, en la que los trabajadores tuvieran participación en la  administración y ganancia de las empresas en las que ofrecían sus servicios. 

La iniciativa fue rechazada por la mayoría priista y sus aliados, el Partido Popular Socialista y el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, aunque poco después estuvieron a favor de la Ley de Utilidades.

Lo extraño de este momento es que este espíritu venía de un partido identificado con la derecha, con miembros de la acción católica y de otras fuentes conservadoras.

En el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana se adhirió un pequeño grupo de profesionistas con el nombre de Acción Comunitaria y en su momento se declararon socialdemocratas.

En 1976 un grupo de jóvenes hizo una campaña como Movimiento Socialdemócrata en el aquel entonces V111 distrito electoral, que abarcaba Las Lomas de Chapultepec, Polanco, Anzures, más otras colonias como Belén de las Cuevas, llamada así porque literalmente eran cuevas y otros espacios populares.

El Partido Comunista Mexicano, que actuaba en la semi clandestinidad desde 1919, vio la oportunidad de obtener registro oficial gracias a una nueva ley electoral que los condicionaba a saltar la valla del 1.5% de los votos. 

Pero tenían un problema interno: los “Renos”, que eran renovadores del pensamiento y se identificaban con la socialdemocracia. Y los “Dinos”, mencionados de esta manera en relación a los dinosaurios, como metáfora de quienes se niegan a cambiar y que insistían en declararse marxistas, revolucionarios y científicos.

En este escenario, las condiciones se fueron moviendo. Los comunistas obtuvieron registro, gracias a que obtuvieron cerca del 5% de los votos.

Los hermanos Luis, Ernesto y Raymundo Sanchez Aguilar dejaron de llamarse Acción Comunitaria y trataron de registrar el Partido Socialdemocrata, proponiendo en la presidencia a Don Manuel Moreno Sanchez, quien fuera secretario del trabajo en el gobierno de Adolfo López  Mateos y que renunció al PRI por no estar de acuerdo con la postulación de Gustavo Díaz Ordaz, por considerarlo muy autoritario (la historia le dio la razón). 

De esta manera se abrió un antecedente: el de postular a ex priistas, aprovechando su experiencia y sus recursos.

El Parido Socialdemocrata no saltó la valla electoral por dos razones: su desorganización y que la Secretaría de Gobernación no vio con buenos ojos el desprendimiento de un ex priista notable.

El fantasma de la socialdemocracia siguió recorriendo México y algunos países latinoamericanos ahora con mayor necesidad, cuando el discurso del neoliberalismo se fue haciendo hegemónico y apareció el consenso de Washington.

El PRI se sometió  a las presiones del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de la Casa Blanca.

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Los antecedentes de esta situación se encuentran en el año de 1973, en que los países exportadores de petróleo se organizan y fundan la OPEP. México no participa en esta organización, pero se beneficia del aumento de los precios al ser un país exportador. 

En una entrevista, Jesús Silva Herzog explica que cuando los países exportadores hacen lo natural, meter su dinero al banco, la banca se encontró con que tenía mucho guardado, por el que había que pagar intereses, y poco dinero prestado por el que se recibían intereses. 

La banca invita y presiona de especial manera a la región latinoamericana a endeudarse, es la región destinataria porque Europa necesita menos recursos y el resto del mundo, o no tiene condiciones para responder a los intereses bancarios o sus convulsiones internas las hacían no recomendables para ofrecerles mayor crédito. 

Latinoamérica es la clase media del mundo y ese suele ser el sector que más se endeuda, así que no es casual que en 1989 el objetivo del Consenso de Washington* sea Latinoamérica, ya que los países más endeudados del orbe en su momento eran Brasil, México y Argentina y “las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional eran para que se les pagará, más que para su desarrollo.

Hoy Latinoamérica tiende a deshacerse del neoliberalismo y esperamos que considere la socialdemocracia como su mejor opción, que se concentre de mayor manera en el programa de gobierno que impulse mayor equidad social y dependa menos del talante de un caudillo.

*Consenso de Washington: Decálogo de medidas económicas neoliberales, llamada así porque obedece a las propuestas elaboradas por el Banco Mundial, el Fondo  Monetario Internacional y la Casa Blanca, entidades que tienen como sede la ciudad de Washington.

            

Por René Cervera G.

*Analista político, compositor y representante del Partido Humanista en el IECM. Es autor de los libros Entre el puño y la Rosa (visión de la socialdemocracia), La democracia es una fiesta, Antojos literarios y El sentimiento que nos une.