La soberbia del caudillo

La soberbia del caudillo

En este espacio lo he comentado, a López Obrador no le gustan los organismos autónomos y desde que llegó en el 2018 al Palacio Nacional, una de sus tareas ha sido destruir, que no quede piedra sobre piedra de aquello que le pueda hacer sombra como presidente.

Claro que para lograr sus ideas fue colocando a sus alfiles que todo le reportan y poco a poco fue silenciando las voces de esos organismos que hoy son un apéndice de la 4T. Me dicen que constantemente reciben llamadas de la vocería para tirarles línea; aunque los temas no sean de su jurisdicción hay que pronunciarse, apoyar a su patrón. Al final a López le deben el cargo.

Muy temprano el presidente perdió el piso y mostró su verdadero rostro, su pensamiento maniqueo y culto a la personalidad. Ya nos recetó que sólo hay dos caminos: o se está a favor de la transformación o contra su movimiento.

Se entiende la sentencia: si hay crítica, se está contra el caudillo, que es el movimiento. Siente que encarna a la democracia. Nos guste o no el trabajo de Enrique Krauze, no se equivocó al nombrarlo como “mesías tropical”.

Dio su perdón para quienes se sometieron y hoy son partícipes de la 4T, como Manuel Bartlett, y su rencor para aquellos que lo abandonaron, como Jaime Cárdenas, Carlos Urzúa, Arturo Herrera, Germán Martínez, entre otros, que se convirtieron en sus más férreos detractores, porque conocen las tripas, saben que no hubo cambio y no quisieron entrarle a actividades inconfesables, pero el tiempo nos dirá.

Entre los que se han atrevido a criticar a López Obrador y su “proyecto de nación” están sus mentores, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, quienes le han dicho reiteradamente que no entienden eso de la 4T o que es un mero cuento adoctrinador idiotizante o simiesco, como lo señaló Muñoz Ledo.

A mediados de 2019 un grupo de periodistas tuvimos una reunión con Cárdenas Solórzano, quien tajante nos dijo que no veía definición en el naciente gobierno de López y que había un gran riesgo de que fuera un sexenio perdido.

Hoy, en el 2023, las evidencias le dan la razón. Incluimos a la pandemia como justificador del fracaso en varios frentes, pero la 4T sólo es una narrativa que reparte recursos para sus clientelas. Claro que hay programas rescatables, pero tiene más frentes abiertos que resultados. Un claro ejemplo son las Universidades del Bienestar, que hasta la fecha no se sabe cómo funcionan.

Por su parte, Porfirio Muñoz Ledo le ha cuestionado hasta la relación que puede haber con los criminales. Habla de un narcoestado, que no es poca cosa, y también se ha sumado a la defensa del INE, mientras que a Mario Delgado le ha dicho de todo.

Así, los dos pilares de aquella lucha de 1988 en que se hablaba de un fraude electoral y el operador, Manuel Bartlett, que se sienta a la derecha del presidente.

Hace unos días, en un arranque de furia, López Obrador llamó adversario a Cárdenas Solórzano por ser partícipe del proyecto “Punto de Partida” de Mexicolectivo, pero pronto, muy pronto, se deslindó el ingeniero de esa agrupación y así el histórico líder moral de la izquierda se ganó de nuevo el respeto del presidente. Motivos sobran, claro está, pues Lázaro Cárdenas Batel es parte del gabinete y vía de comunicación con el ingeniero.

López Obrador nos da una muestra más de lo intolerante que puede ser y en los próximos 20 meses que quedan de su administración se va radicalizar más; la polarización social subirá conforme se acerque la elección.

Insisto, hay que ser cuidadosos, responsables, porque violentos hay en ambos bandos y se necesita una chispa para encender los ánimos. Con todo y que Cárdenas Solórzano se dobló ante López, el presidente debería tener consideraciones con quienes le abrieron la puerta y lo formaron.

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Ante al fracaso y el avance del reloj no le queda de otra más que defender con insultos lo que no puede con la fuerza de la evidencia… pero mejor ahí la dejamos.

Entre Palabras

No hay unidad en el PRI. La irrupción de Alejando Moreno, quien no tuvo invitación oficial a la plenaria de senadores, ocasionó que el coordinador parlamentario, Miguel Ángel Osorio Chong, abandonara la reunión plenaria. Me dicen que se fue muy molesto porque siente que Manuel Añorve y Mario Zamora le tendieron una trampa.

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Hasta la próxima.