La hora de la verdad

La hora de la verdad

Aquí se lo he dicho, ya no se puede esconder que la “campaña” de Claudia Sheinbaum es un verdadero desastre. Lleva meses equivocándose en la estrategia, no sabe cómo volver tangible el apoyo que ha recibido desde Palacio Nacional y está estancada en las encuestas.

Le molestan las entrevistas, hay enojo entre su equipo porque las plazas no se llenan. Hay sillas vacías en sus mítines, gente que no recibe su pago por asistir y se lo reclama. Lo peor para ella es que está perdiendo en comparación contra la otra “corcholata” de Andrés Manuel López Obrador, y no, no es Adán, ni Marcelo, ni Monreal, mucho menos Noroña, se trata de Xóchitl Gálvez.

Pero vayamos por partes. Si alguien destapó y le dio impulso a Gálvez fue nada menos que el mismo presidente López Obrador, todo se generó por aquello de negarle el derecho de réplica y eso la levantó. Sigo pensando que su popularidad está inflada, pero no ha hecho una campaña y eso puede convertirse en una realidad para competir en una elección presidencial.

No sé si sea una buena candidata porque falta mucho, menos si tenga los recursos para llevar los destinos del país, pero ya se puede apreciar que si no los tiene temblando en el Palacio, sí hay incomodidad. Pero que quede claro que fue López Obrador quien le dio vida.

La oposición se dio cuenta de que la coyuntura les regaló una, quizá la única, posibilidad de entrar a la competencia en lo que para Sheinbaum debería ser su gira de coronación, fortuito, sí, y lo están aprovechando, pero más aún es López Obrador el que cada día que habla de ella la sigue elevando.

Claro que sus repetidores de ideas hacen lo mismo, por eso la urgencia de que reviente con aquello de las investigaciones sobre los contratos que ha conseguido su empresa. Y es que la hidalguense le ha contestado todas, de tal forma que se volvió a equivocar López Obrador y Gálvez le lanzó un reto que si se lo comprueba ella deja la candidatura, pero si es al revés que AMLO deje la presidencia.

Ninguna de las dos cosas va a suceder y se seguirá hablando de Gálvez y los propagandistas seguirán temblando como Epigmenio Ibarra, porque el publicista es muy bueno, es el mismo presidente de la República que se pinta solo para la campaña.

Lo dicho, se ha dejado de hablar de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard lo está aprovechando, la está apretando y ya le ha pedido que se hagan debates. Claro que la copia burda de López Obrador no quiere porque sabe de sus limitaciones.

Seguramente todo eso está siendo tomado en cuenta por el tabasqueño a quien no le han salido las cosas últimamente. Quería perpetuarse en el poder mediante Sheinbaum que es dependiente hasta emocional y fácil de manipular por su mentor al que le debe todo.

Pero seamos claros, no se trata de una elección interna, se trata de lo que la prospectiva le muestra a López Obrador para el siguiente año. Si las cosas marchan como van y se decanta por Sheinbaum y del otro lado por Gálvez, el piso se puede poner parejo, eso es un riesgo que el presidente no quiere correr, más que por Gálvez, es por las torpezas de Sheinbaum que hoy no le garantiza conservar la presidencia.

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Insisto, sigo pensando que Gálvez está inflada en la popularidad con un 30.9% de las encuestas, pero falta mucho trabajo por hacer y ella tiene mucho por crecer, mientras que Sheinbaum se va desinflando con 28.7% y ya llegó a su techo de crecimiento.

Falta poco más de un mes para que sepamos quiénes contenderán y hoy hay dudas en Palacio Nacional, se tambalea Sheinbaum… pero mejor ahí la dejamos.

Entre Palabras

Ya que hablamos de Sheinbaum, se reabrió parte de la Línea 12 del Metro que dejó una gran tragedia para la Ciudad de México. Martí Batres recibió las protestas de familiares de las víctimas y comerciantes. No hay garantías de que algo así no vuelva a suceder.

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Hasta la próxima.