En la antesala de la prueba de fuego que será la elección del Estado de México, último bastión del viejo priismo, celebraron su aniversario número 94 con un partido reducido a su mínima expresión, con sólo tres gubernaturas en el país.
Lejos quedaron aquellos días en que cuando no ganaban, arrebataban, cuando jugaban a la democracia desde la Secretaría de Gobernación, que organizaba las elecciones y se ganaba porque se ganaba. Prueba viviente de ello es Manuel Bartlett Díaz, un saurio incrustado en la 4T que goza de la amistad del presidente de la República y que nos recuerda que el viejo régimen no ha terminado por irse.
Al presidente López le gustan las viejas liturgias y, más que humanista o un gobernante del siglo XXI, parece uno del siglo pasado, de aquellos viejos como Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría, quienes prometieron progreso y bienestar, pero éste nunca llegó.
Así que el populismo no es nuevo para los mexicanos. Los conceptos y movimientos nos generan una fantasía, como la de Miguel de la Madrid, pero la realidad nos golpeó muy fuerte con el terremoto de 1985, los muertos, la destrucción y la inoperancia de aquel gobierno que, rebasado, tardó días en entender la magnitud de la tragedia.
También lee: ¿Qué hará la oposición?
Algo parecido sucedió en la transición entre Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León. Nos habían convencido que estábamos en la antesala del primer mundo con los Tratados de Libre Comercio. Pero un año convulso como 1994 nos dio otra estocada de realidad. Aparecieron los zapatistas y ocurrió el magnicidio de Luis Donaldo Colosio en plena campaña; después vino el asesinato de José Francisco Ruiz Massie. Terminó con el error de diciembre; nadie se hizo responsable y muchos perdieron su patrimonio con la terrible devaluación del peso.
Esos grandes errores terminaron por abrir la puerta a Vicente Fox Quesada que en el 2000 sacó a los priistas de Los Pinos. Se había generado una gran expectativa para la ciudadanía. Se hablaba de que los priistas estaban tocados de muerte y pronto desaparecerían, pero Fox siempre estuvo pintado de tricolor; algunos sólo cambiaron de camiseta y siguieron operando a sus anchas.
La corrupción estaba institucionalizada y con Felipe Calderón se siguió la misma línea, dándole oxígeno al partido originario de gran parte de la política nacional. Nunca lo han querido exterminar porque simplemente es parte del sistema.
La política da revanchas y las circunstancias fueron utilizadas para crear a un telepresidente como Enrique Peña Nieto, quien desde el Estado de México y con los grupos de poder pavimentaron su llegada a la silla presidencial; nadie pudo hacer nada pues en el 2012 atropelló a sus oponentes que sólo pudieron patalear.
Aquello del “nuevo PRI” llegó con fuerza de la mano de un maniquí. Era otro país y ellos traían las mañas de siempre, y eso debe estar en su corte de caja de aniversario. Peña Nieto y su pandilla le ocasionaron un gran daño al erario y la ciudadanía ya no estaba dispuesta a tolerarlo otros 70 años.
Con esos factores y la campaña de 18 años de López Obrador, se le dio la confianza y ganó en las urnas con un gran margen, con legitimidad, pero a la hora de llevar ante la justicia a los priistas y panistas le tembló la mano. Lo vuelvo a repetir, como priista de origen terminó siendo protector de la mafia del poder.
Hubo fiesta en el CEN del PRI. Están cumpliendo 94 años de edad, pero, como en la vida de los hombres, no se trata de llegar a los cien años, porque van a llegar. Se trata con qué calidad de vida, con qué calidad de partido que le sirva a la ciudadanía, que sea oposición y que recupere lo mucho que perdió, entre lo más importante, su credibilidad, porque siguen siendo sinónimo de corrupción.
Para el próximo año y con 95 años a cuestas, podría ser la primera vez que no tengan un candidato propio rumbo a la elección presidencial, lo que debe ser considerado un fracaso. Por lo demás, el dinosaurio seguirá existiendo porque es el origen del sistema… pero mejor ahí la dejamos.
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.