Hace unos días en este espacio escribía sobre el futuro cercano de la alianza Va por México luego de que perdieron el Estado de México por ocho puntos. Todos los que participaron siguen haciendo malabares para justificar la derrota. Tienen bien aprendido el guion que recita Marko Cortés y Alejandro Moreno Cárdenas, pero el fracaso es fracaso y, aunque quieran suavizarlo, la alianza hoy no da para más. El PRI sólo gobernará Durango y Coahuila, así se convierte en un lastre para el PAN, que llevará mano para elegir candidato.
Aquí se lo dije, Moreno Cárdenas es una loza muy pesada para su partido, que no ha podido desprenderse del estigma de corrupción. No termina por encontrar el rumbo. El PRI está roto, es un armatoste desvencijado y por más saliva que le metan no serán competitivos para el año que viene. Seamos claros: en sus 94 años de existencia, están a punto de, por primera vez, no tener un candidato propio. Sólo queda Moreno Cárdenas, quien construye su candidatura. Si los acuerdos se cumplen, simplemente no será el mejor posicionado.
Hace unos días, en mi participación radiofónica en el Plano Legislativo, hablábamos sobre la salida de Omar Fayad Meneses del PRI. Fayad es uno de los exgobernadores que entregaron sus estados. Ahí se inscriben Alejandro Murat de Oaxaca, Claudia Pavlovich de Sonora, Quirino Ordaz de Sinaloa, Carlos Aysa de Campeche, Carlos Joaquín de Quintana Roo. Todos jugaron por partida doble.
Por un lado, con su partido, pero sólo de dientes para afuera, mientras sus operadores trabajaron para los contrarios. Por otro lado, fueron de la mano con el presidente, seguramente porque no se han portado bien.
Este marte, 20 de junio, diputados de Hidalgo e incluso el líder, renunciaron a su militancia y argumentaron una “falta de espacios» y divergencia con el actuar de la dirigencia nacional, a cargo de Moreno Cárdenas. Aquí también le conté cómo en la elección de 2021 varios de los operadores de quienes hoy se dicen independientes se fueron con los morenos e hicieron campaña para Julio Menchaca, un viejo priista que los conoce bien.
Con la derrota en el Estado de México, el fenómeno se repitió en algunos municipios que sabían que no iban a ganar y movilizaron a su gente en favor de la profesora Delfina Gómez, que presentaba a personajes del PRI. En un acto público se despojaron de su chaleco rojo y lo cambiaron por el guinda.
Veremos cuántos expriistas se van ahora que se conforme el gabinete de la mentora y cuando deje el cargo Alfredo del Mazo, quien, dicho sea de paso, no tiene cabida en el PRI de Alito Moreno.
También lee: Inició la guerra entre corcholatas
Pero que no se confundan los tricolores, la crisis comenzó en el 2000 y luego se hizo más profunda con el sexenio de Enrique Peña Nieto. Así que la llegada de Alejandro Moreno fue sólo la parte final. Son pellejos pegados a los huesos. No volverán a ser lo que fueron y terminaron bailando música tabasqueña… pero mejor ahí la dejamos.
Un muerto caminante
De acuerdo con el conteo del PREP, el Partido de la Revolución Democrática perdería su registro en el Edomex y Coahuila. Curiosamente, este partido dio origen a Morena y encumbró a López Obrador, quien terminó por destruirlo junto con los “Chuchos”.
Entre palabras
Me cuentan que en los próximos días empresarios del ramo gasolinero demandarán a don Ricardo Sheffield, el funcionario que los lunes desde la mañanera nos receta la sección “Quién es quién en los precios de los combustibles”.
Resulta que no son pocos los gasolineros que aseguran que los enviados del titular de Profeco les piden millones para que sigan operando en lo que resta del sexenio y que no les pongan los sellos de clausura. El antecedente lo puso sobre la mesa Adán Augusto López en abril pasado. Veremos dónde para el asunto de los supuestos moches.
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en la cuenta de Instagram en @arturosuarez_.
Hasta la próxima.