Carnicería en Morenaza

Carnicería en Morenaza

Tal vez, PRIcardo Monreal pensó que jamás sería descubierto en su afán traidor de la Cuarta Transformación. Calculó salir ileso y, de paso, convertirse en presidente, poner al ex gobernador Manuel Delasco como secretario de gobierno, Alito como secretario de hacienda y Carlos Loret de Moles como secretario de seguridad, defensa y marina, entre otras destacadas personalidades.

Pero no se pudo: Lo que padece PRIcardo Monreal no es «una campaña de desprestigio en su contra» sino una verdadera y monumental CARNICERÍA.

Sólo a los corruptos y a los ignorantes se les ocurre exigir que a los delincuentes políticos y de cuello blanco «se les trate con dignidad», que «no se les persiga», «que no se les exhiba», pobrecitos.

Los corruptos nunca alzaron la voz para exigir trato digno a delincuentes de cualquier índole, como la viejecilla que roba una manzana por hambre o la madre que hurta una pata de pollo para dar de comer a los hijos, o los inocentes que están encarcelados, pero se ofenden si se exhibe a los delincuentes que han robado miles de millones y han cometido toda clase de delitos.

Los audios que publica Sansores podrían no cometer el delito de espionaje, ni utilizar recursos públicos para hacerlo. Cualquiera tiene acceso ya, a precios muy accesibles, a microcámaras y micrograbadoras de audio, y a gran cantidad de aplicaciones y recursos, conocimiento y técnicas, para grabar y videograbar conversaciones. Es muy fácil, y no es ilegal. Cualquier conversación, inclusive el comportamiento de autoridades o particulares en la vía pública o espacios privados, puede ser grabada o videograbada con total libertad.

Otro cartón de Ben Morín:  Pepenando basura “irreciclable”

Lo único que está prohibido es cometer delitos, como el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito, el peculado, cualquier marranada. Los únicos que se podrían preocupar porque los graben son los que cometen ilícitos. Si no hay nada que ocultar, ¿por qué preocuparse?

El delito no está en grabar una conversación; el delito se comete dentro de la conversación grabada. No se confundan ni se distraigan.

BenMorin

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