A pesar de la evidencia, el Tren Maya va

A pesar de la evidencia, el Tren Maya va

El amparo que suspende las obras del Tren Maya en el Tramo 5 sur, entre Playa del Carmen y Tulum, ya surtió efecto. Con ello se le pone pausa a otra emblemática obra de infraestructura de López Obrador que, por cierto, aumentó su costo 38 mil millones de pesos, lo que representó un incremento del 26.9 %.

La primera, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que se inauguró hace un mes y que hoy opera solamente cinco vuelos al día. Claro que, como dice el presidente, lleva su tiempo que una obra de tal envergadura muestre todo su potencial y derrama económica. Así que, en esos recuentos, el éxito o fracaso no se van a poder ocultar como sucede con la inútil Estela de Luz de Felipe Calderón.

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En Palacio Nacional hay enojo por parte de López Obrador. En su bitácora del sexenio estaba planeado que a estas alturas todo debería ser una fiesta y las mayorías ya habrían sucumbido ante su figura, ante su transformación y buen gobierno.

Pero la realidad es otra desde que se dio a conocer “la casa gris” de José Ramón López Beltrán. Luego se vino la pifia de la Revocación de Mandato y sus 15.1 millones de votos y la no aprobación de la “Ley Bartlett”, además del encontronazo que se traen personajes de su primer círculo: su ex consejero jurídico, Julio Scherer, la ex secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y su fiscal Alejandro Gertz Manero. Por ello, no es tan fácil desviar la atención de la devastación ecológica del Tren Maya.

Los señalamientos en contra de activistas y famosos que hicieron un video para pedir que se frene el ecocidio en la zona sur del país, que incluso fue tendencia en Twitter con el hashtag #SelvameDelTren, no se pueden parar.

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Hay llamados hasta internacionales como los de Greenpeace que advierten de la destrucción. Como ya es costumbre, el tabasqueño los llamó conservadores, oportunistas y financiados por la derecha. Lo cierto es que no se ha presentado una sola investigación seria y con evidencia de que el impacto ambiental será amortiguado. No hay voces en universidades que digan que es viable construir en la zona de los cenotes, ya ni hablar del progreso prometido para la región.

Incluso el presidente había organizado una reunión con famosos y líderes del movimiento “Sélvame del Tren”, pero a unas horas de llevarse a cabo, se suspendió porque de acuerdo a información del gobierno federal, “varios de los invitados” no asistirían. Los activistas señalaron que son “excusas ridículas para no enfrentar la verdad”.

Mientras del lado de los opositores hay evidencia científica. Claro que también es utilizado de forma política para atacar a la 4T, pero eso es secundario. Por ejemplo, el juicio de amparo fue promovido por espeleólogos, quienes reclamaron a diversas autoridades el inicio de labores sin la presentación de una Manifestación de Impacto Ambiental para estas obras.

Como dicen los correligionarios del Pejelagarto a quienes opinamos, nos llaman todólogos. En eso tienen razón, estas son meras opiniones, pero a los que hay que escuchar es a los expertos, esos que son estigmatizados desde la “mañanera” con la fuerza de la ignorancia, pero, según ellos, con la fuerza moral del presidente.

En este como en otros casos, a pesar de las reuniones que pueda haber, el presidente ya decidió y su Tren Maya va. No le importa atropellar lo que quieran las mayorías. Hay inconformidad en habitantes de la región, otros se dicen engañados.

La realidad es que López es un presidente que no escucha. Así lo demostró en el tema de las exigencias de las mujeres y suman más de dos mil feminicidios y de los papás de los niños con cáncer que acumulan mil 602 menores fallecidos. Dice que con ellos no se reúne porque se mancha la investidura presidencial, la misma que trae arrastrando.

También mienta el López que esos amparos que se están interponiendo contra el Tren Maya no son interpuestos por habitantes y campesinos, sino por empresas que tienen intereses. Hay que demostrarlo y señalarlas, pero con pruebas, no desde una sección en su show matutino con Ana García Vilchis, vocera del vocero, que en cada aparición la desmienten y fortalece lo dicho.

Ya se puede decir que el pejelagarto por la boca muere. Ofreció que se dejaría de llamar Andrés Manuel si continuaba el desabasto de medicamentos y no cumplió. Se ha puesto plazos para que se sienta el cambio en la estrategia de seguridad y cada que llega se repite la acción.

Prometió terminar con la pobreza y por lo menos hay cuatro millones más de pobres. Dijo que no se cortaría ni un árbol en la construcción de su Tren Maya y van 20 mil… pero mejor ahí la dejamos.

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Hasta la próxima.