Refinería de Dos Bocas, clave para recuperar la soberanía energética

Refinería de Dos Bocas, clave para recuperar la soberanía energética

No es ocioso que después de entregada la refinería de Dos Bocas, Rocío Nahle, la secretaria de Energía y encargada de concretar el proyecto, ya figure en algunas listas como presidenciable, o al menos candidata a gobernadora de su estado, Veracruz. El 1 de julio de 2022, la funcionaria inauguró al lado del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la primera fase operativa de la Refinería Olmeca, luego de tres años de construcción.

La fase de pruebas, antes de que las instalaciones con sede en Paraíso, Tabasco, comiencen a producir gasolinas y diésel, es de unos seis meses. Según los primeros cálculos, será en 2023 cuando la octava refinería mexicana (junto con la de Deer Park, en Texas) produzca alrededor de 170 mil barriles diarios de gasolina y 120 mil de diésel.

La importancia de este proyecto para el legado de la actual administración, radica en la soberanía energética del país, que gobiernos del pasado entregaron a manos llenas a empresas nacionales y extranjeras. Otro factor es que se encuentre en Tabasco -el estado de donde es oriundo López Obrador-, que por más de 30 años sostuvo un déficit de crecimiento en su Producto Interno Bruto.

Gracias a la refinería de Dos Bocas, dicha entidad ha experimentado un crecimiento económico inusitado, con los sectores hotelero e inmobiliario, reportando incrementos de 85 y 300 por ciento, respectivamente. El Gobierno ha sostenido que los proyectos como Dos Bocas constituyen centros de desarrollo regional y lo que ocurre en Paraíso es precisamente eso. La refinería ha generado 32 mil puestos de trabajo directos y 200 mil indirectos, de acuerdo con datos oficiales.

Las instalaciones de 566 hectáreas se localizan a un costado de la sonda de Campeche, lugar estratégico en donde se produce el 80 % del crudo mexicano. Se estima que, en operación, Dos Bocas produzca 340 mil barriles de tipo Maya al día, 170 mil de gasolinas y 120 mil de diésel.

Dos Bocas, el Tren Maya y el Tren Transístmico, así como el programa Sembrando Vida, han implementado estrategias para desarrollar el sur, que durante las décadas en las que se instaló el modelo neoliberal quedó en el olvido. Se interesó más en desarrollar el norte industrializado, más cerca de la integración futura con Texas y el sur estadounidense.

Además de las ocho refinerías, el plan energético del actual gobierno incluye la construcción de dos coquizadoras en Salina Cruz, Oaxaca y Tula, Hidalgo. Estas plantas permitirán una mayor purificación del combustóleo y, sobre todo, la extracción del azufre del energético.

Autonomía energética

La apuesta de autonomía energética mexicana es la que no sienta nada bien a las grandes petroleras texanas que, se estima, en los últimos ocho años recibieron más de 121 mil 984 millones de dólares tan sólo por la compra de gasolinas por parte del Estado Mexicano. Los muchos críticos de la estrategia petrolera de Obrador, sostienen que una refinería en pleno siglo XXI es una postura costosa e inútil.

Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, sostiene en su columna de El Financiero (13/07/2022) que “producir gasolina en México implica perder dinero”. El autor augura además pérdidas económicas, desastres ambientales y crisis de salud pública, así como el incumplimiento de compromisos internacionales en materia de sostenibilidad y sanciones.

En un mundo en donde todo camina hacia las energías renovables y limpias, las advertencias de autores como Serrano Herrera cobran relevancia. Otros detractores de la nueva refinería pronostican el fracaso y presagian un daño irreversible en las finanzas públicas.

Lo cierto es que la transición energética no un proceso de un día para otro. Se estima que la transición al uso de recursos renovables va a demorar al menos unos cincuenta años y eso si algún conflicto como el de Ucrania y Rusia no se interpone. Son los factores que han cambiado la estrategia de Joe Biden, un fuerte promotor de la transición a renovables, pero que, ante la alta inflación de energéticos en su territorio, se ha visto obligado a reactivar la producción de las refinerías. Es la realidad enseñando su crudo rostro.

En el argumento de López Obrador, si las refinerías no hubieran sido reacondicionadas desde el inicio de su sexenio, en estos momentos no habría subsidio que valiera para mantener el precio de las gasolinas en los niveles actuales. De hecho, muchos dudan de que el precio actual de las gasolinas pueda mantenerse más allá de 2023, debido a la inflación.

Al unir su economía con Estados Unidos y Canadá por medio del T-MEC, México irremediablemente importa la inflación, por lo que Dos Bocas pretende suavizar los inevitables impactos económicos que se vienen. De hecho, el presidente ya comprometió el inicio de la producción para diciembre de este año o comienzos de 2023, año fundamental también en la sucesión presidencial.

El costo de Dos Bocas

Anunciada con un costo inicial de 8 mil 900 millones de dólares, la refinería oficialmente subió su costo a 12 mil mdd y muchos críticos coherentes calculan un sobre costo del doble, de 16 mil o 18 mil mdd. La justificación esgrimida por Nahle es que el precio del acero subió en los tres años de edificación, así como los fletes para traer la maquinaria para finalizar el proyecto en tiempo récord.

El presidente anunció en su conferencia matutina del 5 de junio, que Deer Park, que costó 600 millones de dólares, ya se había pagado sola, debido al aumento del precio del petróleo.

Según Nahle, en estos momentos la refinería de Dos Bocas costaría el doble de esos 16 mil mdd, ante un mundo que está sintiendo la escasez del petróleo derivado de las sanciones a Rusia por causa del conflicto con Ucrania. Con un precio en más de 110 dólares por barril (y con fuertes posibilidades de seguir aumentado), producir gasolinas, lejos de preferencia, se transformó en imperativa necesidad.

Refinerías, lujos necesarios

No son opiniones de empleados de Washington y protectores del negocio de los emporios petroleros texanos en México. Son datos duros los que demuestran que decenas de países intentan construir refinerías. La crisis energética es tan marcada, que incluso Estados Unidos ha escondido el hacha de la guerra contra Venezuela para negociar, a como dé lugar, con el “dictador Maduro” por su petróleo.

En el mundo, sólo 98 países tienen petróleo, y aunque en las opiniones de un excandidato presidencial como Ricardo Anaya, “el petróleo será conocido por las nuevas generaciones en los museos”, la realidad actual demuestra que el petróleo y derivados serán vitales durante décadas.

Según el medio especializado statista.com, a mayo de 2022, en el mundo se construyen o están en planes, 125 refinerías, entre las que se encuentran 88 en Asia, 21 en Europa y 10 en Norteamérica. La demanda de petróleo en China y la India ha motivado la construcción de múltiples proyectos de esa índole. La India posee 23 instalaciones, incluyendo la de Jamnagar, la más grande del mundo.

De acuerdo con el registro de población mundial, al momento existen cerca de 8 mil millones de personas y la subsistencia de tal cantidad de seres humanos es imposible sin los energéticos, los cuales son necesarios para todos los procesos industrializados. Si bien llegar a depender de energías renovables es un sueño deseable, al momento es sólo eso y aún más en las regiones más pobres del planeta.

“En las etapas finales, varios gobiernos se acercaron para consultarnos sobre cómo le habíamos hecho para terminar una refinería tan rápido”, relató Nahle en una entrevista. “Les dijimos que no hemos parado, ni con la pandemia, porque era un encargo especial del presidente. En muy pocos proyectos de esta índole la secretaria de Energía está al frente y se trasladó a vivir al lugar”, añadió.

Tampoco tenían a un presidente tan involucrado, que ignorando las condenas de expertos del Wall Street Journal, calificadoras como Moody’s, Fitch Ratings y Standard & Poors y el FMI (Fondo Monetario Internacional), que fuertemente desaconsejaban la construcción de la refinería; la cimentó como bandera de su discurso de buscar la autonomía energética. La obra de su sexenio, en efecto.

Lejos de las filias políticas que suscitan los modos del presidente, quedó demostrado que un sistema económico global es muy endeble ante crisis como la alimentaria y la energética que se han originado por la pandemia de Covid-19 y la guerra de Ucrania, y se ha revelado la necesidad de estar lo más cerca de la autosuficiencia alimentaria y energética por motivos de seguridad nacional.