Juicio contra García Luna, el principio del fin

Es tal el impacto que tendrá el esperado juicio contra Genaro García Luna, que sus consecuencias tienen el potencial de trastocar para siempre a la élite política, no sólo de México, también de Estados Unidos. El 17 de enero dará inicio el proceso judicial contra el exsecretario de Seguridad Pública, hombre de confianza y segundo al mando, del expresidente Felipe Calderón, en Brooklyn, Nueva York.

García Luna fungió como el secretario de Seguridad Pública de 2006 a 2012 (en el sexenio de Calderón) y fue el artífice de la supuesta “guerra contra el narco”, que el controversial exmandatario inició para legitimar su gobierno. Inició en Michoacán, en medio de fuertes protestas por un ya documentado fraude electoral, en una elección que supuestamente ganó el panista por 243,934 votos.

Los delitos de Genaro García Luna son tres: 1.- Uso indebido de atribuciones y facultades y asociación delictuosa; 2.- Enriquecimiento ilícito y 3.- Introducción ilegal de armamento por el caso Rápido y Furioso. En Estados Unidos, enfrenta corresponsabilidad en numerosas investigaciones por narcotráfico y vínculos con el Cártel de Sinaloa. Se declaró inocente de ello.

En junio de 2022, se sumó una nueva acusación, mientras el exfuncionario de Calderón y Peña Nieto estaba en la cárcel, cuando se revelaron conversaciones suyas con un preso, en donde García Luna confiesa que le haría daño a aquellos que se atrevieran a declarar en contra de él. Amenazas que se suman a un copioso número de pruebas contra el llamado “súper policía” de Calderón.

Para muchos analistas, el juicio de García Luna podría ser el juicio del siglo. Desde 2021, el fiscal de distrito este de Nueva York, Mark Lesko, que representa al Estado estadounidense, notificó al juez Brian Cogan (quien presidiera el juicio contra el Chapo Guzmán en 2019) que poseen más de un millón de páginas de pruebas contra García Luna. Su suerte y la de sus cómplices está echada.

Dado que el juicio se ha venido aplazando, se unirán a ese devastador número de evidencias, que incluyen grabaciones interceptadas, las pruebas recientes de su corrupción mientras ha estado preso, que incluso obligaron al juez Cogan a suspender el proceso ya varias veces debido a la seguridad del jurado y el impacto diplomático de lo que han revelado las audiencias previas.

Cogan también paró en vilo el proceso cuando los testimoniales comenzaron a involucrar los nombres de políticos de renombre tanto de México como de Estados Unidos, llevando el perfil del caso a un nivel de estatura que incluso sobrepasa el juicio contra Guzmán Loera. En varias ocasiones se solicitó que los medios de comunicación abandonaran las salas de audiencia previa, de ese tamaño es.

Sin escapatoria

García Luna fue arrestado en Texas en 2019, cuando pensaba que podría permanecer impune en Estados Unidos. Los abogados acusadores declararon que tienen en su posesión talones de pago de cuando fungía como funcionario de alto nivel del Gobierno de México y “registros relacionados a un coconspirador y el decomiso de narcóticos” en Queens, Nueva York, el 18 de diciembre de 2019.

Los talones de pago se unen a la numerosa evidencia que muestra que la riqueza de García Luna no se debe a su sueldo como titular de la SSP. Son prueba de que, en sólo seis años de la administración de Calderón, el acusado forjó una gran fortuna, presuntamente gracias a los sobornos millonarios que le fueron entregados por el Cártel de Sinaloa.

De acuerdo con el periódico El Universal, en los cuatro años finales de su periodo como secretario de Seguridad Pública de Calderón, de 2009 a 2012, durante el lapso en que numerosos testimonios señalan que García Luna edificó la infame guerra contra las drogas del presidente panista, el funcionario acumuló una fortuna que le permitió un escandaloso dispendio de recursos no justificables con su sueldo.

Cuando quiso pasar al retiro, se le encontró en renta una mansión en Miami, Florida, de 3.3 millones de dólares. La investigación también arrojó que García Luna rentaba un penthouse en Ventura, también en Florida, este último con un valor de 2.2 mdd. La principal acusación es que el Cártel de Sinaloa lo sobornó con cantidades que van de 3 a 5 mdd. Pero no es todo.

Además, le acusan de perjurio en su declaración, cuando solicitó la ciudadanía estadounidense en 2018. De hecho, García Luna le ha mentido al Gran Jurado, descaradamente, porque a pesar de que existen numerosas evidencias en su contra, en 2020 se declaró inocente de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa y dejarlo operar con impunidad. Estados Unidos está fúrico contra él.

Numerosos documentos muestran que García Luna, quien encabezó de 2001 a 2005 (durante el sexenio de Vicente Fox) la Agencia Federal de Investigación (AFI), que tenía a su cargo la política de combate contra el tráfico de drogas, combatió a los enemigos del Cártel de Sinaloa, con fondos y asesoramiento de Estados Unidos. Un escándalo.

Jesús El Mayo Zambada, en el juicio de Guzmán Loera, declaró que entre 2005 y 2006 le entregó a García Luna un maletín con 3 millones de dólares y que, en 2007, hizo otro pago similar. Todo apunta de que eran para allanarles el camino ante la competencia, usando el poder del Estado, que Calderón irresponsablemente le dio.

Una larga postergación El 15 de febrero de 2020, trascendió que Genaro García Luna ofreció un millón de dólares como fianza para que lo dejaran continuar con su proceso fuera de la cárcel. La argumentación de su abogado, César de Castro, era que el exfuncionario no tenía razón de escapar, sobre todo porque no tenía acceso a sus cuentas de banco en México y él podría ser arrestado de inmediato. Pero Cogan rechazó la fianza.

Originalmente el juicio había sido pro[1]gramado para el 24 de octubre de 2022, pero de ahí se demoró para comienzos de 2023. Para el 17 de enero está agendado el juicio que, de acuerdo a algunos expertos estadounidenses, es el equivalente a que el director del FBI estuviera implicado con el narcotráfico. Es por eso que, consideran, el Gobierno de Estados Unidos no tendrá piedad con el acusado.

Porque ese iletrado y hosco funcionario mexicano, incluso aparece sonriente en algunas fotos con la excandidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, y otros miembros de la elite política estadounidense, en una época en que la cooperación en la lucha contra los cárteles de la droga mexicanos fue una de las principales políticas de ese gobierno. García Luna será el chivo expiatorio por “engañarlos”.

La demora en el inicio del juicio también se debe a la diligencia en que los abogados del Gobierno de Estados Unidos han batallado para ordenar la descomunal cantidad de información que demuestra la culpabilidad de García Luna y evitar que el abogado defensor De Castro tenga asideros.

En Estados Unidos, el relevante juicio también es parte del manejo político, pues en estos años, el Departamento General de Justicia ha dado a conocer una auditoría contra la DEA (Agencia de Control de Drogas, por sus siglas en inglés) sobre la corrupta relación de esa dependencia con otras agencias policiales, las llamadas Unidades Sensitivas de Investigación (SIU).

Este último es un asunto muy delicado, pues esos grupos tenían acceso a datos de primer nivel de la DEA y eran supervisados por García Luna, quien presuntamente puso esa información estratégica en manos de los capos del Cártel de Sinaloa. Ante la presión, el Departamento de Justicia estadounidense busca poner orden. Se espera una cadena perpetua para el brazo derecho de Felipe Calderón.


¿Y Felipe Calderón? Ya huyó a España

Justo cuando va a iniciar el juicio contra Genaro García Luna, el expresidente Felipe Calderón eligió vivir en Madrid, España, de forma permanente. Nada raro si atendemos que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene abiertas seis carpetas de investigación en contra del panista, quien jura y perjura que nada sabía de las corruptelas de su poderoso funcionario.

López Obrador ha señalado que el juicio de García Luna, si se revela todo, mostrará la realidad del sexenio de Calderón, marcado por su “tontería de darle un garrotazo al avispero” e iniciar una supuesta guerra contra el narco para legitimar su “gobierno espurio”.

Gracias a su amistad con el ultraderechista expresidente español José María Aznar, Calderón consiguió un permiso de residencia, con contrato de profesor del Instituto Atlántico de Gobierno, institución de ultraderecha, fundada por Aznar en 2014. Su argumentación oficial es que su cargo en la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) requiere viajar constantemente a París, Francia.

Soborno a periodistas, el otro pendiente

Mañana, 9 de enero, será elegido el jurado del juicio contra Genaro García Luna de entre 400 ciudadanos estadounidenses de los que se seleccionarán 12. El exfuncionario podría enfrentar una condena máxima de cadena perpetua o mínima de 20 años de prisión. Sin embargo, si García Luna se declara culpable en esa fecha, el juicio en su contra se anularía y sería testigo protegido.

Ese otro camino lo conduciría a pagar una condena reducida en Estados Unidos y esperar ser deportado a México, en donde la Fiscalía General de la República (FGR) tiene al menos tres órdenes de aprehensión en su contra.

Al margen de este resultado, el presidente de México ha declarado que espera que los audios en que García Luna ofreció sobornos a periodistas se den a conocer. “Yo pediría desde ahora que, independientemente de si tienen valor jurídico o no las grabaciones, ojalá y se busque la forma de que se den a conocer”, dijo López Obrador en su conferencia de prensa matutina.

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Periodistas como Ciro Gómez Leyva, Carlos Marín y muchos otros han sido férreos defensores de Genaro García y Felipe Calderón, por lo que revelar los supuestos audios respaldaría la narrativa de López Obrador de que un grupo de periodistas corruptos y sin ética periodística están en contra de su gobierno, porque él no los ha sobornado como lo hacían otros funcionarios del pasado