Hackeo a la Sedena, un tsunami para la 4T

La fuga de información sufrida por el Ejército mexicano tiene el potencial de desestabilizar gobiernos como el de México. La gravedad de los hoy conocidos como Guacamaya Leaks, en que el grupo de hackers Guacamaya extrajo poco más de 6 terabytes de información confidencial de la Sedena, para luego ofrecérselos al periodista Carlos Loret de Mola para su difusión, podría ser un tsunami para la 4T.

Loret, a través del medio Latinus, dio a conocer el jueves 29 de septiembre que el presidente de México padece de diversas enfermedades. El mismo mandatario minimizó el hecho diciendo que era de todos conocido que, efectivamente, está enfermo, pero que no es de gravedad. Incluso ironizó poniendo una canción de Chico Ché. Pero el hecho fue utilizado por los opositores al presidente para golpearlo.

En opinión de analistas, el robo de información sufrido es de suma gravedad, y su impacto, dada la cantidad de documentos clasificados, no se conocerá sino hasta pasados unos años. “No solamente afectará al presidente, también al secretario de la Defensa, a muchos efectivos militares, a informantes anónimos”, consideró Alberto Escorcia, periodista experto en redes, a Ernesto Ledezma en Rompeviento TV.

“Esto en manos del crimen organizado puede generar un baño de sangre. Debemos hacer un esfuerzo para entender que pone en riesgo a todo el país. Hay que poner sobre la mesa que esta ‘falla de seguridad’ haya sido a propósito y que no solamente este colectivo pudiera extraerla. El uso que se le va a dar puede ser infinito”, ha expresado Escorcia en diversos medios.

En opinión del analista, paradójicamente, la única ventaja que tienen los gobiernos de donde se extrajo la información, es que tal inmensa cantidad de documentos están totalmente desorganizados y llevará mucho tiempo a periodistas e investigadores atar los cabos sueltos. Pero el potencial sigue siendo catastrófico para algunos gobiernos progresistas de Latinoamérica, que fueron los afectados.

Especialistas han llamado la atención en estos días sobre lo peligroso que puede ser la información robada en manos de periodistas militantes y con nula ética como Loret de Mola, que a todas luces tiene un conflicto personal con López Obrador y su proyecto de gobierno. La información que dio a conocer Loret fue sobre el ‘Culiacanazo’ y sobre la salud de AMLO, temas de su agenda contra Obrador.

Ante tal cantidad de información, se estima que deben estar incluidos políticos de todas las fuerzas, empresarios y otros actores de la sociedad. Parece demasiada coincidencia que la información caiga en manos de un medio cuya única razón de existir, dado a que su financiamiento se daba por medio de hoy exgobernadores de la extinta Alianza Federalista, es derrocar al gobierno de AMLO.

Comienzan las revelaciones

Y la información que se ha comenzado a publicar poco a poco es inquietante. Tan sólo el domingo 2 de octubre, el periódico El País reveló que mil de los archivos revisados al momento por sus reporteros, documentan decenas de abusos sexuales cometidos por mandos superiores y medios del ejército, mismos que la Secretaría de Defensa Nacional ha registrado, nulificado y mantenido en secreto.

El lunes 3 de octubre trascendió, también producto de la fuga, que la misma Sedena pretende operar su propia aerolínea, usando el avión presidencial de Enrique Peña Nieto, que el Gobierno de México no ha podido vender, y 10 aviones arrendados. Obrador confirmó la veracidad del dato al día siguiente. Son apenas las primeras muestras.

En palabras de Ernesto Ledezma, quien dirige el medio Rompeviento TV en Youtube, la información que ya ha llegado a su redacción es “delicada”, y con potencial de desestabilizar a cualquier gobierno. Algo que preocupa a especialistas es que esa información puede servir al crimen organizado para enterarse y contrarrestar las maniobras del ejército en su contra.

El mismo domingo 2 de octubre, tres marinos murieron y dos más resultaron heridos tras un accidente en helicóptero en Tabasco. El vehículo se desplomó mientras realizaba un vuelo de reconocimiento en Centla. La Secretaría de la Marina (Semar) informó horas después que se realizarían las investigaciones correspondientes. Este tipo de hechos son los que temen los expertos.

Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena.
Luis Cresencio Sandoval, titular de la Sedena.

¿Nado sincronizado?

En política las coincidencias no existen, y los hackeos contra el ejército se suman a diversas situaciones de recientes semanas, que giran en torno al caso Ayotzinapa, la supuesta “militarización” del país, e incluso la carrera presidencial de 2024. Entre ellos los casos de los periodistas derechistas Héctor de Mauleón y Peniley Ramírez, que buscaban efectos sismícos contra el obradorismo. Fracasaron.

Citando “documentos confidenciales”, De Mauleón denunció que una organización criminal habría proveído recursos a la campaña del hoy gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, en vísperas de que el tribunal diera su veredicto final sobre la elección. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, desmintió que esos fueran documentos verídicos, tumbando las hipótesis del periodista.

Por su parte, Peniley Ramírez dio a conocer a través de su columna y un hilo en Twitter, información confidencial que le filtraron sobre la identidad de algunos de los involucrados en la desaparición de los 43 normalistas y que puede complicar el debido proceso del caso Ayotzinapa. Pero Obrador descartó que eso fuera ocurrir, porque en este caso, “es un asunto de interés de justicia, no de derecho”.

Aunque el grupo Guacamaya ha declarado que ellos no poseen cuentas en redes sociales, de inmediato y durante días, la cuenta @GuacamayaHacks le ha dedicado varios posts al que se espera sea un misil contra López Obrador, con la publicación del libro El Rey del Cash, de Elena Chávez, ex pareja de César Yáñez, uno de los hombres de más confianza de AMLO, con prólogo de Anabel Hernández.

Y el lunes 3 de octubre, el medio derechista Animal Político denunció que Sedena espía a periodistas utilizando el software Pegasus, algo que Obrador negó categóricamente en su mañanera del día siguiente. El hackeo del grupo Guacamaya, así, sucede en un momento en que muchos misiles de la oposición a Obrador se dirigen a dañar la reputación del ejército, algo que no se puede negar.


¿Un grupo libertario?

Los hackers del grupo Guacamaya extrajeron información clasificada de México, Chile, Colombia, Perú y El Salvador, países que desde 2018, con la llegada al poder de López Obrador, han optado por regímenes progresistas de izquierda. Aunque el grupo se ostenta como ecologista y anti capitalista, es absurdo que con esas ideas hubieran seleccionado para difundir la información a Carlos Loret de Mola, un ariete de la derecha contra AMLO.

En su portal, se ostentan como un grupo defensor de los abusos de trasnacionales extranjeras contra los países latinoamericanos. Critican el “imperialismo americano”, pero al liberar la información del hackeo a Sedena, no lo hicieron a todos los medios, sino precisamente a uno que sirve a intereses de élites muy definidas, como el medio Latinus, propiedad de la familia de Roberto Madrazo.

Según el sitio CyberScope, el grupo opera desde marzo de este año y está dedicado a infiltrarse en empresas mineras y petroleras, corporaciones policiacas y otras agencias latinoamericanas. “Estamos y estaremos en cualquier lugar donde el invasor, el colono, el neocolonialista, el saqueador extractivista, viole los derechos de las comunidades…”, se lee en su declaratoria de principios.

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Para diversos expertos, es probable que la mayoría de este colectivo sea joven y, en realidad, inexpertos de las realidades de cada país, como lo evidencia el hecho de que se digan defensores de los derechos de los pobladores originarios y terminen sirviendo a los intereses de las élites mexicanas, que precisamente quieren ahogar el régimen progresista de izquierda (al menos institucional) de López Obrador.

 Carlos Loret de Mola.
Carlos Loret de Mola.

No hay nada que ocultar: AMLO

Obrador apaga rápido el fuego

López Obrador minimizó de inmediato el alcance de la información robada a Sedena. “Casi no pude dormir de la preocupación, pensando que es la gran nota”, ironizó el presidente. Añadió que estaría preocupado si su gobierno ocultara cosas o si estuvieran metidos en negocios, promoviendo la corrupción o violando derechos humanos. “Pues no tiene nada”, desdeñó.

A la pregunta de si no le preocupaba que se pudieran revelar los secretos del gobierno que preside, el dirigente le restó importancia con un gesto. “No, porque todo está dicho. Acuérdense que nosotros informamos todos los días, aquí viene el secretario de Defensa, el de Marina, la de la secretaría de Seguridad Pública. ‘¿Qué no se sabe?’. Me envían reportes y se informa de todo e informamos todo”.  

Recalcó que la única información que está reservada, tiene que ver con la dignidad de las personas o para proteger el debido proceso, pero insistió que todo lo que se pueda debe darse a conocer. “Que se informe todo, no hay nada que ocultar”. El mandatario ni siquiera condenó el accionar de Guacamaya, al contrario, saludó con gusto que se contribuya a la transparencia de las instituciones.

“No tenemos nada que ocultar, no somos iguales, adelante, que la vida pública sea cada vez más pública”, dijo Obrador. Sin embargo, analistas han apuntado que los buenos deseos de transparencia del presidente son impracticables por facciones determinadas de cuerpos como el Ejército, que son los que, existe la gran posibilidad, pudieron permitir el hackeo de su propia información.

LAS CIFRAS

6 terabytes
equivale aproximadamente a 40 millones de páginas de documentos digitales sin comprimir.

4.1 millones
de correos electrónicos de la Sedena fueron robados por el grupo de hackers Guacamaya.

716 horas
llevaría descargar 6TB de información en México, con promedio de velocidad de descarga de 20 Mbps.

300 denuncias
por violación sexual de Sedena de 2009 a 2021 y sólo 5 terminaron en sentencia.

EL DATO

Guacamaya se defendió de la acusasión de haber seleccionado a Latinus, aduciendo que se contactó a varios medios, pero que los primeros que lo hicieron público fueron ellos. Especialistas advierten que la dificultad principal es analizar, organizar y dar sentido a la información, lo cual puede llevar más tiempo a un medio sin los recursos necesarios. Problema que no tiene Latinus.