Álvaro Francisco Torres, desde 2015, incursionó en la producción del cannabis medicinal, negocio que crece en medio de estigmas, miedos y desinformación por ser considerada un narcótico.
Emprendió su negocio el cual bautizó como Khiron, esta es la primera empresa colombiana que presume tener toda la cadena de producción de cannabis medicinal. El apostó por los plantíos de cannabis medicinal que generan THC y CBD para atender a paciente que sufren de epilepsia, cefalea, esclerosis múltiple, artritis, depresión, insomnio y dolor oncológico de América Latina y Europa.
“Llevo cuatro años… y apenas tengo 12 mil pacientes, cuando mi meta es alcanzar a 1 millón de pacientes en todo el mundo”, aclaró para la revista Forbes México.
Álvaro Francisco Torres buscó campos para su producción en Doima, una comunidad enclavada en el clima caluroso del Valle del Tolima.
Al llegar a Doima e iniciar con su empresa, los campesino de la región lo vieron con recelo, como algo “malo y del diablo” porque tenían la percepción de que dañaría al sector ganadero, el cultivo de flores, algodón y arroz.
De a cuerdo con el empresario, la empresa se fundó con recursos canadienses, estadunidenses y latinos, donde figura el expresidente de México, Vicente Fox Quezada.
“Hemos levantado [recursos por] más de 95 millones de dólares (mdd) para la empresa y todo [se ha construido] con plata de los accionistas canadienses, estadounidenses y latinos”, subrayó Álvaro Francisco Torres.
La empresa cuenta con plantío de cannabis medicinal, laboratorio para extraer THC y CBD, parque fotovoltaico, pozos de agua, así como Clínica Zerenia, en Bogotá y los consultorios en Cali, Medellín y Barranquilla.
El Gobierno de Colombia, de Iván Duque, ha entregado más de dos mil concesiones para detonar la ola verde.
De acuerdo a cifras de la empresa de Khiron, produce unas 10 toneladas de cannabis al año y está a salvo de los grupos guerrilleros y del crimen organizado. El plantío de cannabis cuenta con un sistema de videovigilancia del alta definición.
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Por otro lado, el director de Khiron ha aprendido de cómo se cultiva el cannabis en Tolima, pues sobre la marcha entendió que lo que funciona en Vancouver, no funciona en Tolima.
“Estamos en un momento en que la compañía sabe perfectamente cómo se cultiva. Hace dos años no teníamos ni idea. Lo que funciona en Vancouver… no funciona aquí, en Tolima (…) La marihuana es el demonio, pero hoy es menos demonio que hace un año, y cada vez la gente va entendiendo que es un medicamento”, explica.
Para llegar a esta región es necesario hacerlo por helicóptero, pero, también se puede hacer por vía terrestre, aunque se requiere más de seis horas desde Bogotá.
Álvaro Torres subrayó que en el mundo existe la idea de que en Latinoamérica no se hacen bien las cosas, pero cuando observan la tecnología implementada en la plata de cannabis expresan “‘Esto es de clase mundial. Entonces no importa qué tan lejos esté la producción, porque se hace con calidad y ética”.
Por otro lado, cuando observan el laboratorio de extracción de THC y CBD, así como el proceso agronómico estabilizado y estandarizado instalado en medio de la nada en el Valle de Tolima, cambia la visión.
El plantío de marihuana en la comunidad de Doima puede producir THC y CBD para cien mil pacientes. La onza de oro se vende en dos mil dólares, pero, si conviertes la cannabis en un commodity, se venderá barato.