Como cada año, miles de tortugas golfinas, una de las siete especies de tortugas marinas, llegan al Santuario de la Tortuga Marina de La Escobilla, en la costa oaxaqueña. Es aquí donde cada una deposita entre 80 y 150 huevos.
A partir de ese momento se espera que en 45 días los huevos eclosionen y den vida a miles de tortugas, de las cuales, se espera que sólo una de cada 100 logre llegar a la edad adulta.
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Esta dura estadística se basa, en parte, en las condiciones naturales adversas que enfrentan las tortugas golfinas, pues éstas son presa de distintos depredadores.
Por otro lado, la caza indiscriminada que esta especie sufrió por décadas, así como los efectos del cambio climático, la contaminación de mares y otros aspectos menores, han diezmado la población hasta ser considerada una especie en peligro de extinción.
La prohibición del consumo y venta de carne y huevos de tortuga marina, se encuentra en el Código Penal Federal desde 1990.
Lleva consigo el castigo a quienes lo rompan de hasta 9 años en prisión y multas por la cantidad de 3,000 días de salario mínimo. Esta es una de las medidas que el Estado ha impuesto para ayudar a la conservación de la especie.