La Guelaguetza, una sinfonía cultural que une a Oaxaca

La Guelaguetza

La Guelaguetza es la fiesta cultural más grande de Oaxaca. Una festividad colmada de colorido que durante dos semanas une las sensibilidades de las ocho regiones del estado. Su diversidad, pluralidad étnica, lingüística y cultural proveniente de sus 570 municipios, que es precisamente la identidad del estado.

La palabra Guelaguetza viene de la voz zapoteca Guendalezaa, que significa ofrenda, presente, cumplimiento. A la celebración, a manera de festival cultural que tiene lugar cada año, los dos últimos lunes de julio, también se le conoce como “Fiesta de los Lunes del Cerro”, lo cual revela su origen mariano, relacionado, por las fechas, en particular a la Virgen del Carmen, salvadora de las almas del Purgatorio.

Este año, la Guelaguetza espera la asistencia de 152 mil visitantes, tan sólo a la ciudad capital de Oaxaca de Juárez, con una ocupación hotelera de 94 por ciento, con una derrama económica de 460 millones de pesos. Será el regreso al evento de manera presencial, tras dos años de interrupción por la pandemia de covid-19.

Esta edición también es particularmente especial porque celebra su edición 90, y su temática es el homenaje y la celebración de la vida. “La Guelaguetza, entre otras cosas, se define como un regalo, y este año las oaxaqueñas y oaxaqueños queremos que ese regalo sea la celebración de la vida”, expresó el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, durante la presentación del evento el pasado 6 de abril.

Reafirmación de la identidad estatal, la Guelaguetza incluye dentro de sus actividades un evento denominado Certamen, donde los concursantes son cuestionados sobre sus tradiciones, cultura, gastronomía, artesanía, costumbres y leyendas; ataviados con su traje típico regional, un jurado calificará y determinará un ganador. Es el ejemplo de un evento que engloba las significaciones de la reunión anual.

La Guelaguetza se llevará a cabo del 23 de julio al 3 de agosto de 2022 y albergará más de 80 eventos artísticos y culturales, con una asistencia que se estima en más de 11 mil personas.

Fiesta como orden social

“Los mecanismos a través de los que se pretende mantener lo considerado como tradicional están íntimamente relacionados con la idea de la fiesta como patrimonio; es decir, como una herencia de la que gozan los oaxaqueños. Una imagen que se ha ido creando a lo largo del tiempo y que ahora se encuentra completamente afianzada”, escribe Jesús Lizama Quijano en su libro La Guelaguetza en Oaxaca: fiesta, relaciones interétnicas y procesos de construcción simbólica en el contexto urbano.

Así, el festival cultural de La Guelaguetza es el símbolo de la ciudad, la identidad del habitante de Oaxaca, y ante la enorme diversidad de etnias, lenguajes, razas, credos y formas de pensar, podría creerse que no hay una sola definición del ser oaxaqueño, pero esta fiesta es precisamente una muestra de que esa identidad estatal está formada por esa indescriptible amalgama de sensibilidades.

Es un crisol donde se vierten las múltiples cosmovisiones que encierra la indómita geografía oaxaqueña, que incluye tantos ecosistemas como puedan imaginarse, y lo mucho que cada una de ellas importa y representa en la conformación del estado. Todo preserva el tránsito de los tiempos, porque se respeta y reconoce la aportación de los antepasados prehispánicos, como el valor de esa cultura al hibridarse en los pueblos originarios.

Desde los trajes típicos de cada una de las ocho regiones, hasta sus platos tradicionales, sus artesanías, sus representaciones culturales y artísticas; sus personas, su humor, su vibra, su lenguaje y formas cotidianas; su música, presencia, real o imaginada, a través de las expresiones.

Y tanto es fiesta y desplante de luz y colores, de sonidos y de actitudes, como un profundo simbolismo que se instaura en el oaxaqueño desde la tierna infancia, porque la Guelaguetza es el mundo prestando ojos y oídos a una identidad multicultural única en el mundo. Es la celebración de Oaxaca para el mundo, pero, primero que nada, de Oaxaca para su gente, para unirlos en una sinfonía de identidades en donde todos tienen una función que importa de verdad.

En estos días de celebración del ser, se plasman los diversos tránsitos históricos, las hazañas que dieron lugar al presente y que se proyectan como metas para un futuro, en que, desde luego, continuará realizándose la Guelaguetza.

Desde las danzas realizadas a la diosa del Maíz, Cintéotl, en el esplendor de la época precolonial, a la era de la Colonia, que en realidad es festejar la llegada de la Virgen del Carmen a la vida de millones de devotos oaxaqueños.

Un enlace que continúa con el arduo peregrinar del México independiente, que plasma la sensibilidad de la cultura oaxaqueña, capaz de asimilar la rica herencia de lo colonial y de los imponentes antepasados Mixtecas y Zapotecas, en las vestimentas y música.

De ahí hasta la llegada al presente, en que el desfile de las ocho regiones, se hace presente en la distinción de cada una de las indumentarias, que arriban al escenario con la banda estatal, ataviada en su traje de gala, comenzando los acordes de la inmortal composición de José López Alavez, Canción Mixteca, símbolo de la nostalgia por el origen, el amor de la región, que ya es el canto universal de todo mexicano alejado de su terruño.

Imagen y sensibilidad

La obra titulada El Llamado, realizada por el artista plástico Flavio Díaz, oriundo de Santa María Tlahuitoltepec, fue seleccionada de entre más de 150 creaciones remitidas a concurso, como la imagen oficial del evento. En ella se ve lo que entraña el evento: una personalidad construida a través de miles de retazos diversos que aportan su color y textura particular, para crear a un ser extraordinario.

Ese ser extraordinario es el oriundo de Oaxaca, con sus ideas que unen la tradición y su reverencia constante, con un respirar necesario, una admisión de que la grandeza del estado radica en sus miles de posturas y formas de ver la vida. La vida multicultural, multiétnica y multilingüe, que se desborda y celebra a sí misma con cada danza en el escenario.

EL DATO

El 15 de mayo la plataforma Súper Boletos tendrá la preventa para los eventos de la Guelaguetza con un costo de mil 55 y mil 335 pesos en la sección A y B, respectivamente. A partir del 1 de junio, serán mil 475 y mil 1995 pesos, para las mismas secciones.


LAS CIFRAS

460

millones de pesos, la derrama económica proyectada por las autoridades del Estado.

152

mil asistentes se esperan en las sedes de los eventos de la Guelaguetza 2022.

94

el porcentaje de ocupación hotelera que se espera a lo largo de las festividades.

80

Actividades culturales, las que se realizarán durante la Guelaguetza 2022.

1932

El año en que se celebró por primera vez la Guelaguetza, un 25 de abril.