La cocina oaxaqueña deleitó el paladar de sus visitantes para recibir el Año Nuevo con platillo típicos del estado. También entre amigos y familiares pidieron sus deseos de Año Nuevo con la preparación de platillos emblemáticos como los buñuelos, tamales, mole negro, pollo horneado y ponche de frutas, así como la tradicional calenda, música y quema del viejo.
De acuerdo con las costumbres, los buñuelos son uno de los postres más preciados, no solo de las fiestas decembrinas sino también de las patronales, su sabor se disfruta remojado en miel preparada con piloncillo y anís o salpicados con azúcar roja.
Esta receta, herencia de la cocina morisca, ha pasado de generación en generación y hasta la actualidad es el postre de excelencia durante esta temporada.
Pero, su degustación va acompañado de una costumbre que provienen desde la cultura Azteca; al terminar el buñuelo remojado se debe pedir un deseo y romper contra el suelo el plato de barro en el que se degustó.
Cuentan que esta costumbre se remonta a la cultura Azteca durante la fiesta de Atemoztli en la cual se rompían vasijas, ollas y platos que sustituían por nuevos utensilios, lo que marcaba el inicio de un nuevo ciclo.
También existe la versión, de que cuando enfermaban de cólera, al vencer la enfermedad se rompían los platos utilizados por los enfermos como un signo de felicidad.
La señora Margarita Concepción Dionisio, conocida como doña Mago, originaria de Ocotlán de Morelos, región de Valles Centrales, los prepara desde hace más de 40 años «es una receta que aprendí de mi abuelita; quien los elaboraba para la familia, posteriormente la tradición se compartió al ofrecerlos en venta para los vecinos y luego para los turistas que llegaban a casa en busca de este manjar». Actualmente los vende en la Privada de Nicolás Bravo S/N.
Ingredientes para preparar unos deliciosos y crujientes buñuelos
Tradicionalmente se fríen con manteca o aceite; su preparación demanda varias horas de trabajo, desde la selección de los ingredientes, la preparación de la masa que incluye harina de trigo, polvo para hornear, azúcar, sal, leche, canela en polvo, mantequilla y huevos, hasta la cocción de los buñuelos.
Primero se mezclan uno a uno los ingredientes hasta formar una masa suave; por separado se enharina una superficie lisa en donde se divide la masa en pequeñas bolitas, se barnizan con aceite, se cubren con una frazada y se dejan reposar por 30 minutos. Pasado el tiempo se extiende cada bolita con un rodillo para después freírlas en aceite caliente hasta que se doren.
Al servir, el buñuelo se salpica con azúcar roja o se remoja con una miel que se prepara al hervir agua con piloncillo, canela y anís.
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Para degustarlos, los buñuelos pueden acompañados de ponche caliente preparado con frutas de temporada como tejocote, guayaba, manzana, caña y especias como la canela; esta bebida se endulza con piloncillo.
La gastronomía oaxaqueña es conocida por su gran diversidad, en la región del Istmo, para recibir el Año Nuevo lo hacen con platillos que se prepara con pescado y maricos. La maestra cocinera Ofelia Toledo propietaria del restaurante Yu Ne Nisa explica para recibir el Año Nuevo, lo hacen con tamales, pan marquesote, de manteca y bollo.
«En la mesa nunca faltan los totopos, queso y botanas elaboradas con camarones, así como postres, entre ellos, el dulce de camote con torrejas».
Así mismo indica que existe la tradición de preparar pollo horneado, tamales con mole negro o amarillo o los rellenos de camarón o pescado de lisa.
«Durante estas fechas son característicos los aguinaldos con cacahuates, dulces de menta, caña, jícama, mandarina y lima; en el Istmo se recibe el año con platillos representativos, música, baile y bebidas como la cerveza».
Cabe destacar que los platillos de la cocina oaxaqueña, en sus ingredientes se guardan elementos que reflejan un origen marcado por la fusión de culturas.
Catalina Lucas, originaria de Tlacolula de Matamoros y propietaria del restaurante Mo-kalli, reconocida por cocinar guajolote o pavo relleno, pierna mechada o adobada, pollo enchilado y tamales.
Para la celebración también prepara tamales de dulce, buñuelos que sirve remojados con miel de piloncillo y ponche. «Esta bebida integra los sabores de temporada como el chabacano, ciruela pasa, caña y tejocote».
Por otro lado en la región Sierra de Oaxaca, acostumbran la quema del viejo, este consiste en el diseño de un muñeco elaborado con papel, cuetes y ropa vieja; el muñeco se quema en cuanto se toca la última campanada lo que anuncia la llegada del nuevo año que se recibe con los abrazos y felicitaciones de la familia y amigos reunidos; algunos salen a la calle a felicitar a sus compadres y demás familiares.
El estado de Oaxaca es un importante productor de tejocote, cacahuate y caña de azúcar; en producción de camarón ocupa el décimo lugar a nivel nacional indicó la oficina de Comunicación Social y Vocería del Gobierno del Estado de Oaxaca; destino que cumple con las medidas de sana distancia y espacios seguros para recibir al Año Nuevo.
Fuente: Comunicación Social y Vocería del Gobierno del Estado de Oaxaca.