La Organización Internacional del Trabajo (OIT) difundió este jueves el Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-2022. Reveló que, de manera general, el 53% de la población mundial, incluyendo a las infancias, carece de protección social.
De acuerdo con el reporte, en México la población cubierta por al menos una prestación de protección social —sin contar la salud— llegó a 62 por ciento. Pero sólo el 25% de la fuerza laboral activa está aportando para lograr una pensión de retiro.
El documento confirma la disparidad entre regiones. Mientras la tasa de cobertura en Europa y Asia central fue de 84%, en África fue de apenas 17 por ciento. En las Américas, el 64% contó con al menos un tipo de prestación social.
El acceso a las prestaciones sanitarias por enfermedad y por desempleo cobró especial relevancia en la pandemia, señala el reporte. Sin embargo, la respuesta “fue desigual e insuficiente”, por lo que la brecha entre países de altos y bajos ingresos creció 30 por ciento. Por ejemplo, menos de una quinta parte de quienes se quedaron sin empleo reciben algún tipo de ayuda.
Sin tomar en cuenta el gasto en salud, los países destinan en promedio 12.8% de su Producto Interno Bruto (PIB) a la protección social. Aunque los de altos ingresos invierten 16.4% y los de bajos ingresos, sólo 1.1 por ciento
En 2020, México asignó 7.5% del PIB a la seguridad social, según el informe. Los sistemas de protección social son clave para aliviar la pobreza, subraya la OIT. Así funcionó en países que actualmente tienen altos ingresos, como los nórdicos, asegura en el reporte.
La covid-19 ha puesto en peligro el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), advierte. También “ha hecho imposible que los responsables políticos ignoren los persistentes déficits de protección social” de trabajadores y trabajadoras informales, migrantes y cuidadoras no remuneradas.
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La protección social incluye el acceso a la atención médica y a la seguridad del ingreso en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, accidente en el trabajo y maternidad, así como ante la pérdida de la principal persona que generaba ingresos para la familia.
Sobre la maternidad, la OIT indica que el mercado de trabajo y los sistemas de seguridad social, o en general la sociedad, penaliza la decisión de las mujeres que quieren ser madres. Si bien esto sucede en la gran parte del mundo, México, Brasil, Chile y Costa Rica, han tenido “caídas más pronunciadas” en la fuerza laboral de mamás de niñas y niños menores de 6 años en esta pandemia.