Murat, candidato del PRI

Murat, candidato del PRI

Alito Moreno amenazó con expulsar, por lo menos, a dos de los militantes más poderosos y populares del PRI en la actualidad: Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, y Alejandro Murat, mandatario estatal de Oaxaca. Y, además, lanzó otra amenaza: Será el propio Alito el candidato a la presidencia por la alianza PAN-PRD-PRI.

El dirigente del PRI aseguró que si Murat o Fayad aceptan cargos en el gobierno federal, serán expulsados del PRI. Alito Moreno, sugirió en sus discursos, estaría molesto porque Fayad ni Murat hicieron algo para «evitar» que Morena ganara elecciones en sus estados.

Es decir, que Alito esperaba que Murat y Fayad intervinieran, ilegalmente, como delincuentes, para «ayudar» a que ganara el PRI en sus entidades gobernadas, y el supuesto de ser «premiados» con un cargo en el Gobierno Federal confirmaría que Murat y Fayad no metieron las manos en las elecciones de sus estados.

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Murat ni Fayad metieron las manos, y eso es elogiable, se les agradece, porque no importa que sean del PRI, están abonando, están contribuyendo con una verdadera transformación del país, que incluye una transformación democrática. Si Fayad y Murat, caso contrario, hubieran ayudado a que ganara Morena en Hidalgo y Oaxaca, el supuesto premio de sus cargos en el Gobierno Federal tendría más sentido.

Pero los dichos de Alito Moreno no tienen sentido. Más parecen pretexto para evitar, con Fayad como chivo expiatorio, que Murat llegue a la candidatura del PRI a la presidencia.

Si hay quienes, en dado caso y bajo ciertas circunstancias específicas, podrían ganar una elección a la presidencia bajo las siglas del PRI o por lo menos dar pelea, ésos son justamente Alejandro Murat y Omar Fayad, que contribuyeron, hicieron equipo, se solidarizaron con AMLO y con la Cuarta Transformación, y accedieron a todo plan y proyecto que se les planteó, pero NO Alito Moreno, NO Silvano Aureoles, y mucho menos Ricardo Anaya o Ricardo Monreal y cualquier otro nauseabundo mediocre que se ha opuesto a las reformas urgentes en materia energética, política y electoral.