Violencia psicológica en la pareja; qué es y cómo identificarla

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Cuando se hace uso de la violencia psicológica de género apreciamos que está conformada, de manera prevalente, mediante prácticas que favorecen el ejercicio abusivo del poder.

La mayoría de los acontecimientos de violencia psicológica de género se llevan a cabo en el ámbito de las relaciones de pareja, donde puede llegar a ser más común, pero no aceptable, la expresión de la violencia.

Esta situación acerca de las condiciones en las relaciones de pareja, en su mayoría refractan la cultura patriarcal tan arraigada y visible en tantas manifestaciones injustas de nuestra sociedad.

La existencia de la violencia psicológica en la pareja, incluye el hecho de que la víctima y el victimario tengan una relación anterior, de apariencia íntima, donde un factor es la convivencia en la que se ejecutan actos violentos, siendo el hogar el lugar donde es más común que se presenten este tipo de acontecimientos.

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Las conductas violentas llevadas a cabo dentro del hogar, en presencia de infantes, constituye un evento traumatizante que de ser normalizado conlleva una alienación para reproducirla en etapas adultas, o padecer los traumas de la infancia.

Es así que se identifica “la raíz” en la que adquieren forma y se construyen ciertos prototipos de género;  identidades femeninas y masculinas conformadas por valores en la que la violencia se normaliza para perpetuar roles sociales abusivos entre hombres y mujeres.

La violencia en la pareja tiene ciertas peculiaridades que la distinguen de otros tipos de agresiones y la convierten en un fenómeno más complejo y poco identificable.

Estas particularidades permanecen en la cultura de las personas que las viven y son categorizadas como un conjunto de factores psicológicos que están en juego, ya que se trata de una relación que se establece a partir de un acto voluntario entre dos personas que se aman y se trazan objetivos comunes, es decir, se “integran en la normalidad.”

En la mayoría de las relaciones es muy difícil que la violencia de género se manifieste al principio de las relaciones de pareja. Durante este período se muestra un comportamiento positivo. Cada miembro de la pareja muestra su mejor faceta.

En muchas relaciones que se vuelven violentas es frecuente que el primer ataque aparezca como un hecho aislado. La violencia que tiene lugar en las relaciones de pareja es reflejo de las relaciones de poder que jerarquizan y colocan lo masculino como eje de toda experiencia en el saber y el quehacer a escala social, y se reproduce a escala de la sociedad en el espacio compartido por la pareja.

Todas las mujeres históricamente han vivido en mayor o menor intensidad formas de violencia en el marco de las relaciones de pareja. Las causas han sido disímiles, y se han correspondido indudablemente con el momento histórico.

El abuso emocional o psicológico está vinculado a abusos u omisiones destinadas a degradar o controlar las acciones, comportamientos, creencias y decisiones de la mujer por medio de la intimidación, manipulación, amenazas directas o indirectas, humillación, aislamiento, o cualquier otra conducta que implique un perjuicio a la salud psicológica, la autodeterminación o el desarrollo personal.

La comunicación de la persona que sufre la violencia de pareja se muestra como el instrumento idóneo para identificarla a tiempo y cancelarla. Hablemos de violencia con toda la confianza; existen instituciones públicas que brindan este servicio e instancias de justicia que promueven su castigo. Tengámosle confianza y acerquémonos a ellas.